Reglamentan pruebas de integridad para evaluar a las fuerzas de seguridad y detectar corrupción

Agentes encubiertos que fingen ser conductores indocumentados, pasajeros de avión que trasladan drogas o traficantes de armas montarán situaciones ficticias para evaluar la conducta de los miembros de las fuerzas de seguridad federales y prevenir hechos de corrupción, según el Programa de Pruebas de Integridad reglamentado el miércoles pasado.

Estos procedimientos simulados fueron detallados por ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, tras la publicación de la reglamentación del programa en el Boletín Oficial.

Junto al secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco, y el director del área de Prevención de la Corrupción y Ejecución de Pruebas de Integridad, Damián Arabia, Bullrich explicó que se aspira a que sea «un modelo permanente de acción» para evaluar el desempeño de las fuerzas de seguridad bajo la órbita de su cartera.

«Estas son Pruebas de Integridad, donde en los mil puntos de control y en los cientos de procedimientos que se hacen por día, un equipo del ministerio organiza un operativo como si fuera real y analiza la conducta ética y profesional de los agentes, para ver si hacen lo que tienen que hacer», dijo la ministra.

En ese sentido, Arabia señaló que «lo que se hace es replicar cualquier situación con la que el agente se pueda encontrar en un día de trabajo, y se lleva adelante en detalle todo el procedimiento desde el momento cero, con las distintas actas que se van labrando para después poder evaluar de una manera completa el operativo».

El director explicó que en cada «prueba» se disponen «cámaras y micrófonos ocultos» en los puntos del país en los que se desarrollan los procedimientos, que además «son filmados y grabados desde distintos ángulos».

En la Sala de Situación del ministerio, los funcionarios mostraron cuatro videos, correspondientes a cada una de las fuerzas de seguridad federales -Policía Federal, Gendarmería, Prefectura y Policía de Seguridad Aeroportuaria-, a través de los cuales se observa «qué se hizo bien, qué se hizo mal, si hay elementos de corrupción, y se analizan todos los detalles», añadió Bullrich.

En una de las filmaciones proyectadas se mostró una simulación llevada a cabo en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, donde un agente encubierto hacía pasar su valija, que tenía un doble fondo, por el escáner de rayos X.

Allí, la Policía de Seguridad Aeroportuaria detectó que en el compartimiento oculto el hombre llevaba supuestos paquetes de cosméticos que contenían una sustancia similar a cocaína.

El pasajero falso «le empieza a decir por WhatsApp a su supuesta esposa que le había puesto ‘unas cosas’ y que lo querían detener con eso», comentó Arabia, y luego se dirigió hacia el policía para «decirle ‘se lo dejo, se lo dejo'».

«Se hace el procedimiento, baja el jefe de la unidad, le informa al hombre que van a pasar a una segunda sala y empiezan a labrar las actas», agregó, y siguió: «Todo es altamente sofisticado porque estamos en un aeropuerto, y la situación tiene que ser muy controlada».

Bullrich contó que este tipo de procedimientos «surge de una experiencia que comenzó hace muchos años en Nueva York, con Rudy Giuliani (el alcalde de la ciudad entre 1994 y 2001), donde se generaron espacios para evaluar las conductas y la integridad de las fuerzas en relación al uso de la violencia y a una lógica de discriminación hacia una determinada población».

Según Burzaco, hasta ahora, en las experiencias realizadas antes de la reglamentación de la normativa, «no se registraron cuestiones de corrupción sino de mal procedimiento, a veces graves».

Al respecto consideró que «esas cosas pueden ser mejoradas y se llevan a un reentrenamiento que se usa en la formación constante a lo largo de la carrera» de los efectivos.

«Es un sistema muy fuerte y potente, lo más importante es que genera un contagio, porque las fuerza de seguridad, luego de estos operativos ficcionales, nunca saben si el operativo al que van es verdadero o no, y eso acomoda de alguna manera la conducta», detalló por su parte Bullrich.

En ese sentido, consideró que «es una buena experiencia que ayuda muchísimo a mejorar, un programa que busca subir el estándar de integridad de todas las fuerzas, y darle un mejor servicio a la sociedad».

Fuente: Telam


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