Acusado de matar al «Pájaro» Cantero conducía banda narco desde la prisión

Es Facundo «Macaco» Muñoz, a quien la Justicia federal le imputó un rol importante en el grupo desbaratado en marzo pasado.
0007677705En el marco de una causa que se tramita en los Tribunales Federales de Rosario se determinó que Facundo Nicolás «Macaco» Muñoz, quien está en prisión procesado por asesinar al líder de la banda de Los Monos Claudio «Pájaro» Cantero, impartía órdenes desde la cárcel de Piñero para direccionar la compra de droga, fraccionarla y distribuirla en distintos puntos de la ciudad. En la misma investigación otras diez (dos mujeres y ocho varones) fueron procesadas por integrar una red delictiva encargada de comercializar estupefacientes.Esa decena de personas cayó presa los últimos días de marzo pasado en la denominada «Operación Guaraní», en el marco de varios allanamientos realizados tras el secuestro de 100 kilos de marihuana ocultos en un utilitario procedente de Corrientes e interceptada en la autopista Rosario-Santa Fe. El grupo, según se desprende del dictamen judicial, tenía como base de operaciones un complejo de canchas de fútbol que se levanta en Sorrento al 1400.
En la ruta. La «Operación Guaraní», desplegada por la división Drogas Peligrosas de la Delegación Rosario de Policía Federal terminó el 31 de marzo pasado con 15 personas detenidas en varios allanamientos realizados en Rosario y localidades vecinas y el secuestro de 85 panes de marihuana (100 kilos) hallados en un Peugeot Partner interceptado en el kilómetro 22 de la autopista Rosario-Santa Fe.
Tras una pesquisa que incluyó múltiples escuchas telefónicas entre personas afincadas en Corrientes y Rosario bajo la sospecha de que traficaban droga, se desbarató el grupo que ya por entonces tenía preso, por otro motivo, a uno de sus líderes. Algunos de los detenidos recuperaron la libertad por falta de pruebas, pero 11 de ellos quedaron ligados al expediente Nº 41514/15 que tramita el juez federal Marcelo Bailaque, acusados por infracción a la ley 23.737 que pena el comercio de estupefacientes.
Cuando en Rosario se habla de un «reacomodamiento» del negocio de la droga tras la caída en desgracia del clan Cantero y la banda de Los Monos, y la puja por los territorios, la pesquisa apuntó a determinar la operatividad de este nuevo grupo, sus miembros y los roles que tenían (ver página 35). Y aunque para el común de la gente sólo parezca parte de la trama de una serie de ficción, los investigadores sacaron a la superficie un preocupante dato de la realidad que interpela al sistema de seguridad carcelario.
En la cárcel. Facundo «Macaco» Muñoz, en prisión desde 2013 y procesado como uno de los autores del homicidio del líder de la banda de Los Monos Claudio «Pájaro» Cantero, era un eslabón fundamental de la gavilla desbaratada en la «Operación Guaraní». Con llamativa impunidad, impartía órdenes por teléfono a sus cómplices desde la cárcel de Piñero para direccionar la compra de la droga, determinar la forma y el modo de fraccionamiento y luego venderla al menudeo.
El señalamiento es concreto en el escrito judicial al que tuvo acceso La Capital: Muñoz «dirigiría las actividades de entrega, distribución, fraccionamiento y comercialización de estupefacientes desde su lugar de detención», dice el auto de procesamiento en el párrafo donde describe uno a uno los papeles que desempeñaban los imputados. Y uno de ellos es nada menos que Macaco, que mantenía sus negocios desde la celda en comunicación telefónica directa con Nicolás Alejandro C.; la novia de éste, Marlene Denise A. M.; Matías H., primo de Muñoz; y otros tres acusados que conformaban la segunda línea.
En una de las escuchas que se replilcan en el escrito judicial los imputados coinciden en que el precio que están pagando por la droga «es caro», por lo que Muñoz habla con otra persona para ver si se puede «traer droga a menor precio desde Paraná» . Y hablan de «pollo», «esca», «pescado», términos utilizados para referirse a la cocaína de diferentes calidades .
Entonces Muñoz recibe un llamado en el que alguien le dice que «hay un loco que tiene 50 paquetes de yerba» (marihuana) y los vende a «4.000 pesos cada uno», a lo que él responde que va a tirar «una línea que compre mucho».
En un mensaje de texto Matías H. le avisa que entrarán «80 kilos a 4.500 pesos cada uno», a lo que Macaco, desde su celda de Piñero responde que «es caro». Y que ya lo agarraron de punto, en referencia a un proveedor.
Uno de los hombres que trabajan en la calle para Muñoz también le comenta en una oportunidad que se va a poner «un almacencito», a lo que Muñoz le aconseja que se consiga «dos o tres personas» que vendan para él «un par de bolsitas de faso».
De eso se desprende que Muñoz es un especialista en el rubro, lo que se demuestra en una charla que mantuvo con su pareja y un amigo de ésta, a quienes les indica cómo fraccionar la droga. Uno de los ellos le responde que va a comprar una balanza «para no renegar más». Y en referencia al fraccionamiento, en otra desgrabación se escucha a Matías C. informarle a Muñoz que «de medio kilo sacó 80 paquetitos de 5 gramos a 100 pesos cada uno».
En la calle. La evidencia logró establecer que Matías H. tenía conexión con diferentes personas para conseguir estupefacientes para comercializar, entre los que estaba Juan Ernesto Jesús E. otro integrante de la banda con rol preponderante y también procesado. Esas relaciones también generaron rispideces, muchas de las cuales a veces se traducen en hechos violentos cuyas motivaciones se desconoce. Como la deuda de dinero contraída por Matías H. y Macaco Muñoz con una persona, quien sin demasiados rodeos les propuso saldarla con «cuatro kilos de faso» (marihuana).
Otra muestra de la actividad delictiva desplegada por Muñoz es una comunicación con su primo Matías H. en la cual el primero avisa que «hay personas de Marcos Juárez» que quieren que les lleve tres kilos «para probar», y conversan sobre el precio.
El procesamiento, emitido el 25 de abril último, dice que el preso «organizaba y comandaba las actividades de entrega, distribución, fraccionamiento y comercialización de estupefacientes desde su lugar de detención, indicando cantidades a vender, precios, y coordinaba quiénes y en qué lugares se retiraría la mercadería».
Detenido por estos hechos en la misma cárcel del Piñero, dependiente del Servicio Penitenciario Provincial, Muñoz ahora también deberá rendir cuentas a la Justicia Federal.
El joven, cuyo padre fue acribillado de siete balazos en abril de 2015, está procesado en la Justicia provincial acusado de ser uno de los dos autores materiales del asesinato de Claudio «Pájaro» Cantero, el 26 de mayo de 2013, frente al boliche Infinity Night de Villa Gobernador Gálvez. Comparte esa acusación con Milton Damario. Mientras que el tercer detenido por el hecho, como instigador o ideólogo del crimen, es Luis «Pollo» Bassi. Los tres fueron procesados por el juzgado de Instrucción Nº 11.
Fuente: La Capital

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