El héroe colectivo esta de regreso: “El Eternauta”
Entre la fidelidad al clásico y las licencias del presente, la serie reaviva la esencia de una historia donde la verdadera fuerza no está en el individuo, sino en la resistencia colectiva.
El miércoles 30 de abril pasado se estrenó en Netflix la miniserie EL ETERNAUTA y desde entonces, nadie ha quedado exento de las impresiones personales, reacciones y disfrute de aquellos que se embarcaron en la aventura colectiva de 6 capítulos de un personaje icónico de la historieta grafica argentina.
Enseguida, portales, redes, programas periodísticos y del espectáculo, medios gráficos, etc. se dieron cita confluyendo en un crisol intenso de opiniones, todas absolutamente valederas desde la perspectiva del observador de turno. Desde aquellos que desconociendo la historia se dijeron “vamos a ver de qué se trata” hasta los conocedores de ley con su costado más crítico y fundamentalista, que no dejan pasar detalle alguno y hasta se indignan por lo que están viendo teniendo en mente esa historia gestada allá por 1957.
Es que para algunos será simplemente una gran historia y logro argentino de ciencia ficción, para otros simplemente un bodrio lento y para los demás, una herejía blasfema que desdibuja situaciones inolvidables para los que la leyeron, detalles secundarios que son pseudos protagonista de la trama grafica con su carga emotiva y personajes que entran (o que no están) en la historia tal como fueron engendrados por su autor.
Tenemos que entender las reglas del juego:
El eternauta es una historieta argentina seriada de ciencia ficción creada por el guionista Héctor Germán Oesterheld (1919‑1978, asesinado por la dictadura cívico-militar argentina) y el dibujante Francisco Solano López (1928‑2011), publicada en Hora Cero Semanal desde 1957 hasta 1959, teniendo cantidad de secuelas y reediciones. Fue (y sigue siendo) un fenómeno literario con todas sus aristas (política, social, cultural, etc.,) que revoluciono el mundo de la historieta argentina.
Este eternauta protagonizado por Ricardo Darin, es una adaptación (esta es la regla del juego a entender) y las licencias que se otorgan tienen que ver con las formas de contar su historia principal en los tiempos que corren. No es una copia fiel, es una adaptación, con todo lo que eso implica.
La columna vertebral de la historia está latente en todo el relato: un grupo de amigos en una noche de truco que comienzan a ver (y padecer) una nevada mortal que mata todo lo que toca que es la predecesora de una invasión alienígena mucho más grande y brutal de lo que se puede esperar, siendo este el desencadenante de la moraleja principal de la historia, NADIE SE SALVA SOLO.
Aquí el protagonista no es el héroe individual, sino el héroe colectivo, aquel que explota en solidaridad, empatía y en un espíritu de supervivencia que es el fruto que nace cuando lo desconocido que oprime quiere cerrar sus fauces oscuras sobre la humanidad.
Más allá de todo, quiera Dios que esta maravillosa serie, que, desde lo técnico, los efectos y las ambientaciones logran un producto de calidad inaudito en la Argentina, sirva como portal para aquellas personas que nunca leyeron la historieta, se adentren a la misma con la expectativa que al correr de cada viñeta, no van a ser defraudados y serán llevados a un viaje alucinante donde el suspenso y la emoción no te van a soltar desde el principio.
Juan Salvo, El eternauta, te espera en Vicente López para que seas parte de la resistencia. Por Pablo Alfieri.
Excelente artículo. No pude dejar de ver la serie en la plataforma y me propuse leer el cómics
Maravilloso!!!