Muerte en La Fluvial: una autopsia, dos interpretaciones
La perito de parte Creimer mencionó golpes que pudieron ser letales. Desde el IML dijeron que esa hipótesis no se sostiene. El abogado de la familia de Carlos habló de signos compatibles con tormentos físicos.
Los cuerpos hablan, aunque no todos escuchen lo mismo. Para la familia de Carlos Orellano, el joven hallado muerto en el río Paraná justo debajo del boliche donde desapareció, la autopsia realizada el lunes último bajo el protocolo de Minnesota dejó resultados positivos desde el punto de vista criminalístico: “Se hallaron signos de violencia compatibles con tormentos físicos por lo que Carlos padeció sufrimiento previo a su deceso”, dijo el abogado querellante Salvador Vera, en la misma línea que la forense de parte Virginia Creimer.
La especialista mencionó marcas de “mata león”, una especie de toma marcial que inmoviliza el cuello y su uso es muy común entre los efectivos de seguridad pública y privada. Además ambos mencionaron un pulmón seco, un hígado destrozado y hemorragias internas.
“Toda esta situación confirma lo que la familia Orellano venía sosteniendo, que Carlos fue víctima de una agresión”, agregó Vera, quien habló de homicidio.
No obstante, las declaraciones a la prensa de la directora del Instituto Médico Legal (IML), Alicia Cadierno, fueron completamente opuestas.
La funcionaria calificó de “aventurado” alcanzar conclusiones, pero a su vez dijo que “no hay ningún elemento” para afirmar que el joven haya muerto a causa de los golpes.
Su intervención mediática en el caso Orellano provocó malestar en la familia de la víctima, quienes antes de la autopsia ya habían denunciado “connivencia” entre la Fiscalía y el IML por ponerle “trabas” a sus forenses para que accedieran a la necropsia.
La situación derivó en una audiencia, en la que un juez habilitó el ingreso de las partes, pero les prohibió tocar el cuerpo durante los exámenes.
“A nosotros nos llama poderosamente la atención que la directora del Instituto Médico Legal tomara participación en la discusión mediática del caso Orellano, haciendo afirmaciones, cuando ella no fue legalmente designada para intervenir”, dijo Vera.
El abogado también lamentó que la familia de la víctima “haya sido sometida a una situación de revictimización al tener que soportar una audiencia de dos horas producto de la negativa de participación” al equipo técnico de la forense Creimer.
Y resaltó: “Estamos convencidos de que sin la presencia de Creimer no hubiésemos podido acceder a la información en cuanto a los múltiples signos de violencia que tenía el cuerpo de Carlos”.
Por su parte, Virginia Creimer se quejó del trato que recibió en Rosario y también marcó cierta complicidad entre el IML, la Fiscalía y los jueces actuantes. En diálogo con el programa Trascendental de La Ocho, la especialista aclaró que aún no se logró establecer en qué estado el joven cayó al agua porque faltan exámenes, como tampoco se pudo determinar si murió ahogado.
Desaparición y muerte
Carlos Orellano salió a bailar el domingo 23 de febrero y la última vez que lo vieron con vida fue en el boliche Ming de La Fluvial. Ante su desaparición, su familia denunció a la seguridad privada del local nocturno, y a policías adicionales, ya que tenían datos de que el joven había sido expulsado con violencia por intentar ingresar al VIP sin autorización.
Su cuerpo fue encontrado el último miércoles por la tarde cuando salió a flote en el río Paraná, justo debajo del boliche. Por ello, la causa quedó en manos del fiscal de la Unidad de Homicidios Dolosos Patricio Saldutti, quien incautó cámaras de seguridad y secuestró los celulares del personal de vigilancia que trabajó esa noche.
Fuente: El Ciudadano.