«Martín Paz fue asesinado por venganza en un hecho ordenado por Los Monos»

Ariel Lotito fue el coordinador del trabajo de calle que, a partir del crimen del «Fantasma», permitió llevar la pesquisa a la familia Cantero

El suboficial Ariel Lotito fue coordinador de la disuelta Brigada Operativa de Judiciales (BOJ), la dependencia que comandó la mayor parte de la investigación a la banda de Los Monos. Ayer, desde media mañana y hasta pasadas las 14 declaró en la 6ª jornada de audiencias orales y públicas que se sigue a la banda del barrio Las Flores por integrar una asociación ilícita de la que participaron civiles y uniformados, y dedicada a la comisión de varios delitos. En ese marco, el agente se explayó sobre cómo se realizó la pesquisa policial de la que fue parte. Y fue el más solvente de los integrantes de la repartición que integró y que declararon hasta ahora, incluso quienes fueron sus superiores. Con dotes de hábil declarante, rápido de reflejos y de generosa memoria, defendió el trabajo de la BOJ y logró explicar mejor que sus antecesores por qué la causa por el homicidio de Martín «Fantasma» Paz desvió hacia el cerco judicial al clan Cantero.

La jornada de ayer estaba dedicada en exclusiva a la declaración de Lotito. Pero por alteraciones del cronograma, algo que a todas luces va a ocurrir diariamente en este histórico y prolongado juicio, compareció después de que lo hiciera un representante de la empresa Nextel que habló sobre cómo se remitió al juzgado de Instrucción que estaba a cargo del juez Juan Carlos Vienna la información sobre las líneas telefónicas intervenidas.

Información de calle

Lotito actualmente se desempeña en la División Informaciones de la policía provincial. Tras un repaso de su formación como «agente encubierto, especialista en narcotráfico e inteligencia criminal», contó que en 2013 fue convocado a integrar la BOJ por el comisario Cristian «Carancho» Romero, por entonces jefe de esa área creada para investigar crímenes resonantes en una ciudad donde la tasa de homicidios había crecido ferozmente. «Me llamó porque somos muy buenos compañeros de trabajo, amigos, lo conozco de toda la carrera», dijo el testigo.

Lotito explicó que su trabajo consistía en coordinar la tarea del personal «de calle» de la BOJ, es decir, de los efectivos que se dedicaban a «recolectar información de fuentes e informantes no identificados», lo que en la jerga se denomina «buchones». Luego el fiscal Gonzalo Fernández Bussy le pidió que contara cuál había sido su participación en la investigación del homicidio de Martín «Fantasma» Paz, cuñado de Claudio «Pájaro» Cantero al que ejecutaron a tiros desde una moto el 8 de septiembre de 2012 en Entre Ríos y 27 de Febrero.

«El conocimiento que tuvimos a partir de datos de calle referían que Martín Paz había sido asesinado en un hecho de venganza por una deuda de dinero y por parte de sicarios, ordenando el homicidio integrantes de la familia Cantero», sostuvo Lotito sin dudar. De acuerdo con el policía, la información «que llegaba por distintas fuentes y que era vox populi en Rosario» los llevó a orientar el foco entonces a la banda de Los Monos.

El móvil del crimen

«Los Cantero fueron los autores intelectuales del homicidio y lo concretaron por medio de sicarios también pertenecientes a la banda», indicó el jefe policial como quien tiene esclarecido un crimen hasta ahora sin culpables.

Según explicó, «El «Fantasma» había recibido del clan Cantero 10 millones de pesos para que los invirtiera en vehículos y concesionarias de autos a nombre de testaferros». Pero, para Lotito, «Paz había gastado ese dinero en otras cosas, entre ellas un cargamento de 100 kilos de cocaína que fue secuestrado por Gendarmería Nacional en Salta cuando era trasladado hacia Rosario, por lo que se quedó sin dinero para invertir y para devolver a la familia Cantero».

Lotito justificó esta hipótesis con un mensaje de texto que estaba en el teléfono de Paz, secuestrado en el flamante BMW que conducía junto a su mujer cuando fue asesinado. Ese teléfono fue peritado tras el crimen y en un mensaje una persona le decía que mirara en el diario «El Tribuno» de Salta una noticia que hablaba de un allanamiento realizado por Gendarmería en esa provincia, en el cual se habían secuestrado 100 kilos de cocaína. «Paz había arreglado con Gendarmería, pero hubo un cambio de guardia y no lo sabía, así que les incautaron la droga», dijo Lotito. Así, según la hipótesis policial, el homicidio se cometió mediante «sicarios pertenecientes a la banda» de Los Monos.

De la descripción de esa escena criminal Lotito pasó a explicar quiénes eran los que asomaban como integrantes de la banda y su historia. Dijo que los conocían desde que eran «cuatreros» y robaban caballos en los años 90.

Conocedor de la banda

«Tuvieron un tiempo largo, de changüí, para que se preparen, se asesoren legal y económicamente con profesionales, para que premediten los hechos». Como ejemplo, citó que en la reubicación de familias del barrio La Granada durante la edificación del Casino, miembros de los Cantero se hicieron con viviendas sociales.

«Se censó a los que vivían en el lugar. Gente muy humilde, con un pasar económico bastante feo, cartoneros», recordó, y dijo que 44 personas allegadas a los Cantero «se metieron sin escrúpulos en las casas, los echaron, dieron sus datos personales y tomaron las propiedades de 27 de Febrero y Colombres (adonde eran trasladados los vecinos). Las alquilaron para seguir incrementando su patrimonio por medio del delito». Señaló que ese fenómeno «está plasmado en el expediente con informes de la Secretaría de Vivienda» de la provincia.

Luego, guiado por las preguntas del fiscal Gonzalo Fernández Bussy, definió rasgos genéricos de la organización que está en el banquillo de los acusados. Dijo que contaba con un «poder ofensivo letal, impresionante» consistente en armas de grueso calibre, pistolas, ametralladoras, silenciadores, chalecos antibalas, municiones a granel y fusiles de largo alcance. Y que el grupo tenía su centro en los barrios Las Flores y La Granada, pero con llegada a otros sectores de la ciudad donde ocasionaba «mucho temor» entre los vecinos. También hablo de las relaciones con policías que les aportaban datos. Vale recordar que de los 25 acusados, 13 son ex uniformados.
Las escuchas
Finalmente Lotito se introdujo en el aspecto central y más polémico de la jornada: el de las escuchas telefónicas, a las que asigno «el 50%» de importancia en la investigación policial». Arrancó contando que los números telefónicos «se consiguieron en tareas de calle». Se seleccionó para intervenir los de Ramón «Monchi» Machuca, procesado como uno de los jefes del clan y quien ayer pidió declarar (ver aparte); el de «El negro Alejandro», como se hacía llamar el encargado de comunicaciones que obtuvo una probation; Claudio «Pájaro» Cantero, asesinado en mayo de 2013; y el de Milton César, cuya madre y hermano fueron asesinados en una venganza equivocada por la muerte del «Pájaro».
Mientras las defensas presentaban una objeción tras otra, Lotito contó que uno de los teléfonos asignados a Machuca, pero que usaba el también acusado Leandro Vilches, «aportó mucha información». De allí surgieron conversaciones sobre acopio de armas y el seguimiento al bolichero Diego «Tarta» Demarre desde el interior del edificio de Tribunales hasta que lo mataran, el 27 de mayo de 2013, frente a su casa de Maipú y Seguí y en venganza por el crimen de Claudio Cantero. También en ese aparato se detectó que «Guille le dio una propiedad a Vilches para que viva y acopie municiones que había comprado a 30 mil pesos cuando valía mucho más».
«Hablaban sobre amedrentar personas, crear búnkers y llegar a barrios como villa Banana, La Mandarina y La Siberia», recordó Lotito de las escuchas. Y agregó que en otro Nextel «del que hablaba Monchi, se lograron recabar los contactos entre ellos».
Esas apreciaciones motivaron un embate de las defensas para evitar que Lotito interpretara las escuchas consideradas válidas por el Tribunal. Pero el juez Ismael Manfrín replicó que el efectivo estaba declarando en el rol de testigos. Cerca de las 14.30 los abogados formularon un nuevo planteo para oponerse a que se transmitieran los diálogos, pero obtuvieron un nuevo revés.
Para hoy se espera que el suboficial Lotito complete su declaración después de que ayer la audiencia se suspendiera por la recusación que los defensores presentaron por una vez más contra el tribunal que lleva adelante el juicio y el cuarto intermedio que se abrió para analizar esa petición se extendiera más de la cuenta.

Fuente: La Capital


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