Cientos de personas reclamaron justicia y seguridad tras el asesinato de un arquitecto en Rosario
En la mayoría de las palabras de los participantes de la convocatoria, que tuvo preponderancia de mujeres, se repitió la expresión “no damos más” y la descripción de la situación que viven en forma cotidiana como “desesperante”.
Cientos de personas se concentraron esta noche en la ciudad de Rosario para reclamar justicia por el asesinato del arquitecto Joaquín Pérez (34), baleado el martes a la noche en un robo, y para expresar su desconfianza hacia las fuerzas policiales y el “hartazgo” por los asaltos y las situaciones violentas.
En la mayoría de las palabras de los participantes de la convocatoria, que tuvo preponderancia de mujeres, se repitió la expresión “no damos más” y la descripción de la situación que viven en forma cotidiana como “desesperante”.
“Es una cosa desesperante, tengo hijos y cosas como estas te arruinan”, dijo una mujer que participó esta noche de la concentración en avenida Alberdi y Juan José, cerca del lugar donde fue asesinado Pérez.
Arquitecto, casado y padre de una niña de dos años, el homicidio del hombre conmovió al barrio de Arroyito, en la zona norte de esta ciudad santafesina, y actuó como emergente de hechos violentos que se producen de forma cotidiana.
“Los chorros son los dueños de calle, acá no hay policías caminando, ni en moto ni en patrulleros”, se quejó un hombre mayor, quien sostuvo que el barrio Arroyito “es una zona liberada”.
En tanto, una joven señaló: “Estamos pidiendo justicia y queremos saber dónde están los funcionarios que nos tienen que cuidar y no nos cuidan”.
“En Rosario no se puede salir a la calle, no podemos mandar a nuestros hijos a la escuela tranquilos”, agregó.
Por su parte, una mujer de la vecinal del barrio Luis Agote, aseguró: “estoy muy indignada por lo que está pasando, no dormimos, no podemos dejar salir a nuestros hijos”.
Entre los manifestantes estuvo el padre de Carlos Orellano, un joven asesinado por patovicas y policías en un boliche de Rosario, quien planteó que “hasta que no se corte la connivencia de la policía con los delincuentes esto no se termina”.
“Acá vale más un gramo de merca que una vida humana”, concluyó Edgardo Orellano.