Memoria en venta: la casa natal de Ernesto «Che» Guevara está a la venta tras proyectos frustrados

La casa natal del Che Guevara en Rosario, un lugar marcado por el nacimiento del revolucionario latinoamericano y en el que se sucedieron a lo largo de las décadas las visitas de personajes históricos de la cultura latinoamericana, sale a la venta, ante la imposibilidad de concretar distintos proyectos culturales frustrados, por 400 mil dólares para sus 200 metros cuadrados.

El departamento se encuentra emplazado en el cruce de las calles Entre Ríos y Urquiza y ahí mismo el 14 de junio de 1928 nació Ernesto Rafael Guevara de la Serna, una vivienda que ahora se ofrece a la venta por sus más recientes propietarios, en uno de los clásicos edificios que por aquellos años, los primeros del siglo pasado, ideaba el célebre arquitecto Alejandro Bustillo.

El inmueble trazado por Bustillo y construido por Ferrarese y Cia. fue propiedad de la Compañía de Seguros La Rosario, que lo propuso como edificio de rentas y uno de esos departamentos fue el que compraron los empresarios Francisco Farruggia y Manuel de la Rica, cuando el país estallaba en 2001 y, desde entonces, se encuentra deshabitado.

En ese marco el abogado y amigo de Farruggia, Horacio Baldoni, recordó en declaraciones a Télam el día en que tuvo el primer contacto con la, por entonces, dueña del lugar, una mujer de apellido Repetto.

«Un día iba camino al juzgado y le toqué el timbre a la señora que vivía en la casa. Cuando ella preguntó quién era, le dije la verdad a secas: ‘Mire, le vengo a comprar la casa´», recordó el hombre.

Según recuerda el abogado, en ese momento se produjo un silencio absoluto y, al cabo de unos segundos, la mujer le respondió de manera no menos insólita: «Escúcheme, acá viene el embajador de Holanda; a mi me llama el cónsul de Noruega; también alguien relacionado con el presidente de los Estados Unidos… y ahora también usted me toca el timbre y me dice que me quiere comprar la casa».

Baldoni se rió con ganas pero le explicó a la dueña de la vivienda que él no era una persona influyente como las que ella venía de listar: «Somos un grupo de pibes del Cairo (conocido bar rosarino donde se juntaban Roberto Fontanarrosa y sus amigos)», le dijo y contó una y mil historias: «Y así fue que le terminamos comprando la casa nomas», agregó con picardía.

En ese primer momento, los proyectos se agolpaban en las mentes inquietas de los nuevos propietarios: ideas, sueños, grandes desafíos desfilaban disputándose presupuestos inexistentes y éxitos esquivos. Mientras y durante años, el lugar permanecía intacto, sin habitantes.

Los que soñaban no eran solo los dueños: el escritor y artista rosarino Roberto Fontanarrosa imaginó algunos; la cantante Mercedes Sosa, tuvo los propios; y hasta el escritor colombiano y premio Nóbel de Literatura Gabriel García Márquez se animó a imaginar un destino para ese departamento.

La lista de personalidades se interrumpe cuando Baldoni recuerda al exgobernador de Santa Fe Hermes Binner, que falleció el pasado 26 de junio: «Hermes respetaba mucho la figura del Che, y al negro Fontanarrosa lo quiso de verdad», dijo y recordó que ambos estaban siempre listos para apoyar las iniciativas culturales vinculadas al líder de la revolución cubana.

Con todo, había otros que no querían saber nada con actividades públicas a las que asistiera la gente: el consorcio del edificio se opuso con obstinación a cualquier propuesta, temeroso de la concurrencia masiva que se pudiera generar.

Sobre este punto y el motivo de venta del lugar, Baldoni consideró que el tiempo fue erosionando los entusiasmos: «Mis amigos y yo estamos grande y queremos dejar lugar para que alguien haga otro proyecto».

Conversando de aquellos días, el abogado narró diversas anécdotas que tienen como protagonistas a distintos personajes de la cultura latinoamericana: recordó la visita del escritor Ernesto Sábato, cuando llegó a la ciudad en 2004, para participar de la tercera edición del Congreso Internacional de la Lengua Española.

«Aquella vez, después del famoso y descollante discurso del negro Fontanarrosa sobre las malas palabras, Sábato fue invitado a conocer el departamento», apuntó.

No obstante, al llegar a las puertas de la vivienda, el escritor notó que el lugar no se encontraba abierto al público por los desacuerdos con los vecinos del inmueble y, desde el palier, dijo: «Por lo que veo, la casa no se puede visitar, así que yo vengo hasta la puerta y quiero ser uno más de los que comunes, de los que no podemos entrar», recordó Baldoni citando al autor de Sobre héroes y tumbas.

En la misma línea, el abogado rememoró las visitas de los hijos del Che, su esposa y generales cubanos que estuvieron en Sierra Maestra con el ícono rosarino que, cada uno a su turno, recorrió las instalaciones al igual que ahora lo hizo Télam, aprovechando las visitas que coordina la empresa inmobiliaria que espera cerrar una buena venta.

El departamento fue construido hace más de 90 años y aún mantiene en perfectas condiciones su estilo francés, de la década del 1920.

Se accede al salón después de subir por un ascensor de reja acorde a la época, y son justamente imágenes que retratan a Guevara las que dan la esperable bienvenida acomodándose por el living principal y recuperando distintos momentos de la vida del revolucionario más icónico de todos los tiempos iluminados por la luz que se cuela desde la calle por ventanales con banderola de medio punto.

Los pisos de listones de madera de pinotea y las molduras son las originales, así como las puertas macizas y algunas de las arañas de bronce, aunque otros espacios de la casa fueron modernizados con el tiempo.

«Edificio de categoría con estética elegante de época -invita la inmobiliaria-. Tiene hall de recepción, gran living, estar diario con un escritorio, cocina separada con muebles de bajo mesada y alacena, comedor diario. Cuatro dormitorios amplios con placares, baño completo. Calefacción central». Sobre su morador célebre no dice nada.  Fuente: Telam


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