La autopsia realizada a Orellano no arrojó evidencia de que haya sido asesinado
Los peritos descartaron que el cuerpo presentara heridas de «arma blanca y de fuego» ni «fracturas óseas de ninguna índole». Carlos Orellano (23) había sido hallado muerto en el río Paraná, luego de concurrir a un boliche, el jueves 26 de febrero.
La autopsia realizada al cuerpo de Carlos Orellano, el joven de 23 años que fue hallado muerto en el río Paraná tras ir a bailar a un boliche de Rosario, no arrojó evidencia que indique que haya sido golpeado o atacado con armas, informó la directora del Instituto Médico Legal de esa ciudad, Alicia Cadierno.
«Es muy aventurado decir que existe alguna lesión que esté absolutamente vinculada con el fenómeno muerte», manifestó Cadierno a la prensa local, en referencia a los resultados de la pericia llevada a cabo ayer durante cinco horas en el Instituto Médico Forense de Rosario.
La profesional descartó que el cuerpo del joven presentara heridas de «arma blanca y de fuego» y destacó que «tampoco existen fracturas óseas de ninguna índole».
Además detalló que ante la presencia de los peritos de parte -fiscalía, querella y del local bailable- se extrajeron 30 muestras de tejidos que serán sometidas a estudios complementarios para determinar si «varias lesiones halladas en las partes blandas se corresponden con lesiones traumáticas».
“Es muy aventurado decir que existe alguna lesión que esté absolutamente vinculada con el fenómeno muerte” ALICIA CADIERNO, DIRECTORA DEL INSTITUTO MÉDICO LEGAL
Para Cadierno será «determinante» el estudio complementario patológicos de las «diatomeas» para saber si Orellano murió por asfixia por inmersión.
Ese análisis que se realizará en la ciudad de La Plata y que demandará entre 2 y 3 meses, establecerá si el joven se ahogó o no.
Finalmente, la profesional dijo que la autopsia «se realizó con total transparencia en presencia de todos los peritos de las partes» y que todo «fue filmado y fotografiado».
El hecho
El cadáver de Orellano fue encontrado flotando el miércoles pasado en el río Paraná, tras desaparecer el lunes a la madrugada, cuando fue visto por última vez en la disco Ming House River, ubicada en en la zona La Fluvial, ubicada en la costanera central de Rosario, que fue clausurada por 45 días por decisión del intendente de Rosario, Pablo Javkin, para que pueda llevarse a cabo la investigación.
La causa está a cargo del fiscal de homicidios dolosos de Rosario Patricio Saldutti, quien trata de determinar lo sucedido.
Si bien el padre del joven, Edgardo Orellano, cree que su hijo fue atacado por patovicas de esa disco, en la causa aún no se estableció lo sucedido y no hay detenidos.
El 27 de febrero pasado, en su visita a Rosario, el presidente Alberto Fernández se reunió con los padres de Carlos Orellano y prometió «cambiar todo lo que haya que cambiar» para que haya justicia «por cada una de las víctimas».
Fuente: Telam