El Cemar celebró 20 años de excelencia en la salud pública
El emblemático efector municipal de Moreno y San Luis festejó su vigésimo aniversario con presencia de autoridades y miembros de la comunidad sanitaria.
Este martes al mediodía, la intendenta Mónica Fein y el gobernador Miguel Lifschitz encabezaron el homenaje al Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias de Rosario (Cemar) por sus 20 años de servicio en la salud pública rosarina. En su aniversario, las autoridades agradecieron a los trabajadores y trabajadoras de la institución por dar un ejemplo de excelencia y remarcaron el carácter transformador del Cemar en la ciudad.
“En una ciudad, se pueden dejar hitos que cambian su historia. Y el Cemar transformó la vida de esta ciudad y la sigue transformando todos los días gracias a ustedes. Yo me siento profundamente orgullosa de lo que pasa aquí a diario, que es parte de una gran red de salud, y de lo que hemos construido juntos en los últimos 20 años”, expresó la intendenta a los presentes.
Del evento, que tuvo lugar en el propio Cemar, participaron la ministra de Salud de la Provincia de Santa Fe, Andrea Uboldi; el secretario de Salud Pública, Leonardo Caruana; el director del Cemar, Juan Moro, ex autoridades, miembros de colegios profesionales e instituciones afines, y trabajadores y trabajadoras de todas las áreas del efector.
“Hace 20 años, yo también estuve aquí y era un desafío construir un nuevo paradigma. Nos preguntábamos cómo iba a funcionar, cómo iban a armarse cada una de las áreas. El Cemar es un hito tan importante que a partir de esta experiencia pudo pensarse el Cemafe”, agregó Fein, en referencia al Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias creado en la ciudad de Santa Fe a imagen del efector rosarino.
Inaugurado en 1999 por su ideólogo, el entonces intendente Hermes Binner, la obra que durante muchos años había estado paralizada en San Luis y Moreno se transformó en uno de los íconos de salud pública local.
“Binner introdujo la idea de un centro de especialidades médicas ambulatorias, una idea completamente innovadora en su momento. Este fue un gran cambio en la forma de organizar nuestro sistema de salud en Rosario. Estas son las cosas que generan verdades políticas de cambio. Esta institución sigue siendo un proyecto innovador que se sigue renovando constantemente, por eso celebramos eso. Y esperamos que esta impronta que tiene un vuelo propio siga funcionando así en un futuro”, dijo por su parte el gobernador Lifschitz.
“Esto es también un hito urbano. Porque con el Cemar demostramos que aquello que estuvo abandonado durante años, que no tenía funciones, que hasta llegó a llamarse monumento al pozo, puede transformarse en algo único. Y no lo hubiéramos podido hacer sin el trabajo de cada una y cada uno de ustedes, y sin la decisión política de construir este maravilloso sistema de salud”, cerró Fein.
Una institución transformadora
Diariamente, cientos de rosarinos y rosarinas pasan por la emblemática institución. Con la incorporación de alta tecnología, el Cemar se dedica a la resolución de problemáticas que implican cierto grado de especialización pero que no requieren de internación hospitalaria.Para dar respuesta a las miles de consultas que recibe periódicamente, trabaja de manera articulada con los centros de salud y con los hospitales dependientes de la Municipalidad de Rosario y articula también con pacientes de la provincia.
“El Cemar es un nexo en las redes de salud pública. Es lo que une instituciones del tercer nivel como el HECA, el Hospital Carrasco, el Roque Sáenz Peña o el Alberdi, y los Centros de Salud. Y a su vez un lugar donde se hacen prácticas ambulatorias y donde funciona un centro de oncología. Se ha convertido en un actor muy importante de la ciudad”, explicó el director, Juan Moro.
El espacio cuenta con 20.000 metros cuadrados que a diario son recorridos por cientos de rosarinos y rosarinas referenciados desde los 50 centros de salud municipales. Su magnitud de atención es tal que durante 2018 130.650 personas fueron atendidas en las 35 especialidades del Cemar. De dicho número se desprende que:
60.129 pacientes fueron atendidos en por consultas médicas
4.865 pacientes fueron atendidos por consultas no médicas
9.358 prácticas de enfermería
18.740 prácticas odontológicas
26.203 estudios se realizaron en el sector de diagnóstico por imágenes
1.707 pacientes pasaron por cirugía ambulatoria
Además, en el Cemar funciona el banco de sangre dpnde las personas se acercan voluntariamente o a pedido a donar sangre y registrarse como donante de médula ósea.
El efector está distribuidos en seis plantas y dos subsuelos donde funcionan:
Consultorios externos de distintas especialidades como cardiología, neumonología, ginecología, dermatología, neurología, odontología, oftalmología.
Consultorios de prácticas ambulatorias: espirometría, Holter, ergometría, electromiografía, electroencefalografía.
Rehabilitación, fisiatría y kinesiología articuladas con los servicios existentes en otros efectores
Hospital de Día de Oncología, en el Servicio de Oncología Clínica de la Red de Salud, donde se asisten los pacientes enfermos de cáncer en forma integral, a través de sus áreas de quimioterapia, cirugía oncológica, cuidados paliativos y tratamiento del dolor, articulando la atención entre los distintos niveles de complejidad.
Asimismo, el efector cuenta con el laboratorio bioquímico público más importante del país y un área de diagnóstico por imágenes, en ambos casos con equipamientos de última tecnología.
La Unidad de Cirugía Ambulatoria del Cemar fue el primer servicio de este tipo en Rosario impulsado desde la salud pública municipal, constituyéndose como un conjunto de procedimientos quirúrgicos que se pueden realizar con distintos tipos de anestesias, en pacientes con patologías controlables de manera ambulatoria y que requieren cuidados postoperatorios poco intensivos y de corta duración, lo que permite que los pacientes sean dados de alta en el mismo día de la intervención.
Cuenta con quirófanos de diversa complejidad equipados con todo lo necesario para resolver aquellas patologías quirúrgicas que no requieren internación. Dicha modalidad de trabajo genera un beneficio para todo el entorno familiar ya que se favorece una pronta reinserción social, mejora la calidad de atención del paciente, además de disminuir el costo económico.