Lina hizo 15.000 kilómetros en bicicleta y llegó a Villa Gobernador Gálvez
La acompaña su hijo Adrián de 4 años en un tráiler.
Lina Zulay Gómez nació en Bogotá Colombia tiene 27 años es de profesión Veterinaria y el pasado 11 de abril llegó a Villa Gobernador Gálvez, donde está parando actualmente, y no llegó sola lo hizo con su hijo Adrián de 4 años. La curiosidad es que lo hizo en su bicicleta, partió de Colombia en Enero del 2018 y con aproximadamente 15.000 kilómetros recorridos ya paso por Ecuador, Perú, Bolivia y Argentina, y las banderas de estos países flamean en su bicicleta por donde pasa.
Ella tiene una página que se llama “Creciendo en la ruta” en Facebook por donde se puede seguir su recorrido en “Mistica” su bicicleta. Nos encontramos con ella en el hogar donde la están cobijando con su hijo, allí realizamos la entrevista que por cierto fue un honor hacerla.
Anterior a embacarse a recorrer Latinoamérica en bicicleta, Lina fue mochilera y en sus recorridos quedo embarazada de su ex pareja que es cordobés, él la acompaño en la travesía hasta enero del 2019. A partir de allí fueron dos en la ruta. Lina se levanta muy temprano y los días que pedalea lo hace desde muy temprano hasta las tres de la tarde, recorriendo siempre 50 km aproximadamente. Ella pesa 43 kilos, Adrián 15 kilos y en total aproximadamente el peso del tráiler con lo que lleva y el niño son 65 kilos, números para tener en cuenta. Su bicicleta que es rodado 29.5 es de fabricación uruguaya, el único sponsor que hasta el momento la acompaña. El próximo país a visitar es Uruguay, en Montevideo cambiará su bicicleta con la que sueña llegar a Europa, por supuesto tiene que conseguir quien los cruce, agallas no le faltan, su cuerpo delgado se refuerza con su determinación y actitud positiva y firme.
En su página en una publicación de fines de marzo escribe “Siempre me preguntan que si tengo miedo? Y yo pienso, si claro de una vida de rutina, de despertar un día y darme cuenta que el tiempo ha pasado y sigo haciendo lo mismo. La bici me da esa libertad de despertar cada día en un lugar diferente. Pedalear hasta donde mis músculos ya no pueden y ver que estoy viva, que llevo mi casa encima, mi hijo conmigo y darme cuenta que esto es vida, no repetiré esta utopía. Uno vive todos los días y muere solo una vez”
Lina es intensa, habla rápido y apasionadamente, ella dice “Yo busco sabiduría en la gente adulta, para criar a mi hijo, para ser serena como mujer, estando sola”
Lina nos cuenta que siempre que puede para en los espacios verdes y plazas, donde Adrián puede jugar. Adrián no se enfermó en todo el recorrido y el 18 de enero cumplió sus 4 años en Tilcara. Jamás sufrieron un hecho de inseguridad, muy por el contrario se cruzó con miles de personas que siempre tuvieron buenos gestos con ellos.
Le preguntamos cómo costea su viaje, ella nos respondió que lo hace con la venta de postales que hace con sus fotos y como su profesión es veterinaria, dentro de sus pertenencias lleva todo lo necesario para realizar intervenciones como castraciones o desparasitaciones, y además hace artesanías. También nos contó que cuando planeó en Colombia viajar, el carrito de Adrián, más las maletas del costado lo compro con el dinero resultado de cosechar durante un mes rosas. Lina es un cofre de sorpresas.
Cuando salió de Colombia, sus padres estaban tranquilos porque iba con su pareja y decían como ella se define “es una loca de viajar”, igual nadie apostaba que iban a avanzar tanto. Pero cuando Lina se separó, los pronósticos eran peores, todos le decían “Tú te vas a volver”. Al principio fue duro “Yo llegue a Salta con 200 pesos nada más, sin carpa, sin plata, sin nada. Y con unas artesanías que hice tuve la plata para imprimir unas postales de las fotos mías que coloque en el tráiler. Hacer soñar a la gente con la palabra, les contaba que quiero vivir de lo que me gusta, que es viajar. Le mostraba como eran los lugares por los que pase, las costumbres, la geografía, la moneda, el clima. Una señora en Salta me regalo una carpa para cuatro personas, porque a ella no le gustaba acampar, yo tenía una echa hilachas. La gente captaba mi necesidad sin que yo lo dijera”.
El objetivo de Lina es también romper con algunos conceptos predeterminados. “Es mentira que las madres no pueden viajar solas con sus niños y viajando una puede tener a su hijo bien, yo lo visto bien, tiene todas sus vacunas al día, tiene su bicicleta también, es feliz.”
Ella eligió una anécdota de todas las que tiene y esta fue en Argentina, en Alberdi un pueblito de Tucumán. “Se había largado un aguacero y un hombre me ofreció su parqueadero, la lluvia duro tres días y nos recibieron en su casa, nos dieron comida y lo hicieron con la mejor onda. Y siempre me llaman me preguntan cómo estoy, donde estoy. Además se hicieron amigos de mi mamá, que no conoce nadie del extranjero.
Lina viene “huyendo del frio” y no conocía Argentina. De Montevideo donde cambiará la bicicleta y necesitaría otro tráiler nos dice, subirá a Paraguay y de allí a Brasil “y si todo sale bien tomare un barco o un avión hacia Europa .Quiero pedalear Europa y Asia. Cuando Adrián cumpla 6 años debo parar para escolarizarlo. Va a ser un desafío porque no se idiomas. Quiero que mi hijo aprenda otro idioma, otra cultura y vaya a la escuela, yo trabajare de lo que sea para trabajar no hace falta hablar, solo trabajar”
No tiene una alimentación especial ni un entrenamiento “cuando tengo ganas de comer como, y cuando tengo ganas de pedalear lo hago sin precalentamiento”. Y el mantenimiento de la bicicleta lo hace ella “piecita a piecita, en mi tiempo”.
Ella necesita un celular, porque el que tiene está algo roto, fue lo único que pidió en la nota pero confiamos que después de la nota Lina se vaya con un buen recuerdo de su paso por Villa Gobernador Gálvez, además agradeció de todo corazón a la familia Serrano todo el amor brindado.
En Semana Santa Lina estará recorriendo el Monumento a la Bandera, la Fluvial y el paseo ribereño cerca de la Florida, su celular es 5493885161471 para quien quiera comunicarse con esta “especial” cicloviajera. Cuando le preguntamos alguna anécdota mala ella nos dijo “No, todas buenas”, que siga así Lina, seguí pedaleando.