Condenaron a un malviviente que recibía órdenes desde la cárcel para realizar balaceras y vender drogas
El juez Florentino Malaponte homologó un juicio abreviado contra Lucas Fernández, quien recibió una pena de 3 años y 6 meses de prisión efectiva. La investigación reveló que el condenado ejecutaba balaceras y vendía drogas bajo órdenes que salían desde la cárcel, en el marco de una violenta disputa territorial en la zona noroeste.

Este miércoles 10 de diciembre, la justicia rosarina sumó una nueva condena contra la estructura criminal que opera en los barrios de la ciudad bajo el mando de líderes encarcelados. El Juez de Primera Instancia, Florentino Malaponte, resolvió homologar un procedimiento abreviado condenando a Lucas Fernández a la pena de 3 años y 6 meses de prisión efectiva por el delito de asociación ilícita en calidad de miembro.
El acuerdo fue presentado por la Fiscal Georgina Pairola y aceptado por la defensa, cerrando así la etapa de investigación sobre el rol de Fernández dentro de la facción.Una estructura manejada desde la cárcel
Según la acusación fiscal, Fernández integraba una asociación ilícita liderada por Leandro V., quien impartía órdenes desde sus lugares de detención (primero en la Unidad Nº 6 de Rawson y luego en el Complejo Penitenciario Federal Nº 1 de Ezeiza). La organización, activa al menos desde diciembre de 2021, tenía como fin disputar el control territorial y los negocios ilícitos a bandas antagónicas, así como mantener pugnas internas de poder con otros referentes como Carlos E.
La fiscalía detalló que la banda organizaba recursos humanos y materiales para cometer delitos graves, incluyendo homicidios, amenazas, balaceras y extorsiones, contando en ocasiones con la connivencia de funcionarios policiales.
El rol del condenado: Balaceras y búnkeres
La investigación ubicó a Lucas Fernández en el eslabón de los ejecutores. Recibía órdenes directas de los organizadores de la banda, específicamente de Juan Antonio T.G., para cometer ataques con armas de fuego y balaceras intimidatorias.
Además de su rol como «tirador», Fernández estaba a cargo de la comercialización de estupefacientes en la zona de calle Cullen al 1400 bis, en el barrio Empalme Graneros. Operaba junto a otros identificados como Jeremías L. y Kevin T.
El fallo destaca que Fernández asumió una «posición preponderante» dentro de la célula criminal luego de que cayeran detenidos sus superiores inmediatos (Juan T.G., sus hermanas y su pareja). El joven no solo vendía droga, sino que enviaba videos a sus jefes como «prueba» de que los ataques armados encargados habían sido cumplidos.





























