Trabajador metalúrgico de Villa Gobernador Gálvez logra que ART reconozca su lesión
Un operario de 38 años, con un intenso dolor de brazo, vio inicialmente rechazada su dolencia por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT), alegando que no era laboral. Tras recurrir a la Justicia, logró revertir el fallo, obtener tratamiento y una posterior indemnización.

Villa Gobernador Gálvez, corazón industrial de la región, es hogar de cientos de trabajadores metalúrgicos que dedican su vida al esfuerzo físico. Sin embargo, para un operario de 38 años de la ciudad, los años de trabajo le pasaron factura en forma de un dolor de brazo que se volvió insoportable.
«Al principio pensé que era cansancio. Después ya no podía levantar el brazo. En el trabajo me ayudaban como podían, pero cada día estaba peor”, relató el trabajador, cuya identidad se reserva.
La situación se tornó más compleja cuando decidió buscar atención médica a través de la vía formal. Al presentarse ante la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) para pedir cobertura, recibió un revés: su lesión fue rechazada. La entidad argumentó que la dolencia no tenía relación alguna con su actividad laboral.
“Salí de ahí con una mezcla de bronca y tristeza. Sentía que nadie me creía, que mi dolor no importaba”, recordó sobre ese momento de frustración y desamparo.
El giro del caso y la justicia recuperada
La historia del metalúrgico cambió cuando decidió llevar su caso al estudio Solari Servicios Jurídicos. El equipo legal, tras un análisis exhaustivo de sus movimientos diarios, las tareas específicas del taller metalúrgico y su historia clínica, determinó que la lesión era, de hecho, una patología típica y derivada de su oficio.
Con un reclamo sólidamente fundamentado, se presentó la apelación. En pocos días, la noticia esperada llegó: el rechazo inicial había sido revertido, y su caso fue oficialmente reconocido como un accidente o enfermedad de origen laboral.
Gracias a esta intervención legal, el trabajador de Villa Gobernador Gálvez pudo acceder a los estudios, tratamientos y la rehabilitación completa que necesitaba para recuperar la movilidad y dejar de sufrir dolor. Tras la recuperación, el proceso finalizó con la indemnización correspondiente. De esta manera, el operario metalúrgico recuperó sus derechos y, en sus propias palabras, se hizo justicia.
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