FILRos 2025: un jueves colmado de voces diversas
En su segunda jornada, desde las 16 y hasta el cierre, los distintos espacios de la Feria Internacional del Libro Rosario se colmaron de un público ávido de encuentros y nuevas lecturas.
El verano regaló un anticipo y el aroma de jazmines acompañó el entorno de la plaza Montenegro, donde este jueves 16 de octubre la segunda jornada de la nueva edición de la Feria Internacional del Libro Rosario, en el renovado Cultural Fontanarrosa, convocó a un público entusiasta y curioso descubriéndola de a poco, del mismo modo que hacen los chicos ante la novedad.
Apenas pasados unos minutos de las 16, la Sala Jorge Riestra (Primer piso) albergó la presentación del libro que celebra el Centenario de la Asociación Bancaria, con la disertación de Analía Ratner. En simultáneo, el Espacio de Infancias (Planta Baja) se colmó de alegría con la presentación de la Colección Infantil de Cuento de la Editorial Municipal de Rosario. Allí, el Club de Cuenterxs dio vida a historias escritas por niñas y niños.
Mientras tanto, en el Entrepiso Bar, Yanina Cossime abordó una problemática social urgente con la presentación de su obra «Bullying, entender, prevenir y restaurar».
El clima sereno, sin prisa pero sin pausa, se sostuvo toda la tarde y dio el puntapié ideal para que a las 17, la Sala Jorge Riestra abriera sus puertas a un conversatorio sobre «El papel disruptivo de la poesía», con la participación de un nutrido grupo de jóvenes poetas que exploraron los límites del género.
«Yo creo que todo está atravesado por la poesía», dijo uno de los disertantes y otro se pregunta «qué decir», en un campo donde las palabras son todo y al mismo tiempo apenas un recorte mínimo de lo que se intenta expresar. Y agrega: «Para mí es una filosofía y estamos atravesados por la metáfora y el sentimiento».
Con este manojo de frases y otro tanto de preguntas, el hilo conductor se fue extendiendo y llegó al Espacio de Infancias hasta irse por las ramas, allí, Emiliano Vinocur presentó «La historia del jacarandá de la abuela Aranda». Durante su charla desplegó unas fichas lúdicas que invitaron a nutrirse de un violeta árbol y llenarse de su frescor. Su narración mantuvo cautivo a uno de los públicos más exigentes: las niñas y los niños que escucharon atentamente recostados sobre los almohadones precisamente ubicados en el espacio.
Crónicas urbanas y figuras centrales
El Auditorio Angélica Gorodischer (Tercer piso), siempre se prepara para abrazar, al igual que lo hacía Ángelica con sus libros y esta vez no fue la excepción. El gran salón, amplio, luminoso y sumamente confortable, fue testigo de uno de los momentos más esperados de la tarde: la presentación de «Chanchín. Laiseca, el maestro – Un retrato íntimo». Dos de sus autores y además alumnos de Laiseca como Selva Almada y Rusi Millán Pastori conversaron, gracias a la guía de la periodista Patricia Dibert, sobre la figura y el legado de este particular escritor.La charla congregó a propios y ajenos a escuchar las miles de anécdotas que brotaron de su figura y de los momentos compartidos en el taller de literatura de este emblemático personaje.
«A él le gustaba jugar ese rol de tipo medio monstruo, arisco y este grupo fue muchos años al taller con él. Y no solo estaba ese vínculo con él sino entre alumnos”, contó Selva.
Entre otras misceláneas, revelaron que Chanchín le decía a sus alumnos y alumnas “chanchines”. Ante esto, Rusi cuenta que les contó aceptar ese calificativo pero que todo el tiempo los llamaba así y terminó quedando. Y que ese término lo había sacado de un cuento de Constancio Vigil, “Los chanchines”, que habla de infancias y él “tenía una relación especial con esa etapa de su vida», como acotan Selva y Rudi.
Mientras que el auditorio debatía sobre un autor, en la planta baja del Fontanarrosa Arlen Buchara presentó «Rosario, perfil de una ciudad al límite» junto a Sonia Tessa y Daniel Schreiner, y ofreció una mirada crítica y profunda sobre el pulso local.
La emoción se veía en las caras de las personas que estaban en el lugar escuchando atentamente. Alguna que otra lágrima coronaba los párrafos ante una pluma sensible y precisa sobre los barrios de la ciudad y sus luces y sombras.
Arlen contó que lo más complejo de escribir ese libro de crónicas fue poder hacer un recorte y elegir entre las miles de voces, todas igual de importantes.
El momento de la pausa marcó el jueves y se acentuó con la presentación y charla de Nicolás Artusi sobre su «Atlas del café», una momento aromático necesario para decantar todo lo caminado y escuchado.
Los más chicos tienen su espacio especial para poder jugar a lo grande y a unos pasos, el ilustrador y autor Pablo Bernasconi ofreció un conversatorio cercano en el Espacio de Infancias.
Las filas no pararon nunca de crecer en el ingreso al predio, allí, un stand destinado para la firmas de libros fue el verdadero protagonista.
La franja de las 19 horas trajo consigo la presentación de dos figuras relevantes. Luis Gusmán presentó «La decisión de escribir» en la Sala Jorge Riestra y generó un encuentro de reflexión sobre el proceso creativo.
En paralelo, la Municipalidad de Rosario presentó el proyecto: «Entre mitos y realidades: La historia del Rosario», un libro de historietas basado en la obra de Horacio Vargas, con la participación de un vasto equipo de guionistas y dibujantes rosarinos, y de esta manera selló, también en el Auditorio Angélica Gorodischer, un paso más en este Tricentenario en lo que refiere a la cultura local.
Del Agro a la Poesía
A veces la Feria del Libro trae sonidos de alguna charla o algo de música de la explanada, también risas de los chichos y chicas que juegan por los pasillos. Parecen puntos irreconciliables en cualquier narrativa, sin embargo, en este lugar todos conectan y tienen una historia para contar.
A las las 20 la Sala Jorge Riestra albergó una de las presentaciones más esperadas en el ámbito económico: Gustavo Grobocopatel expuso su visión sobre el sector con «Desde el campo. Del caso Los Grobo al agro argentino y global», con la presentación del periodista Mariano Galíndez.
El libro cuenta los 40 años de la vida profesional de Grobocopatel y su empresa Los Grobos. Y cómo fueron impactando, también, los cambios globales y también en las distintas etapas del país como el regreso de la democracia, retenciones, cambios monetarios, entre otras circunstancias, a esas historias individuales pero también colectivas.
“En un momento no sabíamos si había futuro en el campo y el mundo demandaba pocos granos”, detalló el autor.
En la sala de al lado, Carolina Boetti presentó “Ese es tu nombre”, su libro autobiográfico. La charla abrió miles de valijas, que están en ese relato y que albergaron gran parte del archivo, particularmente de la memoria trans, que se muestra tanto en su obra como en las pantallas atrás del atril de presentaciones.
Una de las presentadoras se pregunta como sobrevivió ese archivo a las miles de contingencias que tuvo que pasar a lo largo su vida y la respuesta emerge en un párrafo: “Gracias a la red de vínculos y afectos.”
Pablo Bernasconi presentó, por su parte, su primer libro de poesía para adultos, «Un Cielo en el ojo», que combina texto e ilustraciones para crear una experiencia sensorial y lúdica. La obra invita a la sorpresa y la ironía.
La segunda jornada concluyó con títulos de autores locales como «Los pies en el barro» de Antonio Ciancio y, ya a las 21, con la presentación de «Habrá sido» de Mariano José Garcés.
En la explanada ya algunas personas descansaban en las reposeras blancas o en los enormes bancos/libros. Una hermosa metáfora que deja el día 2 de la Feria y que invita a sumergirse en las páginas escritas pero también en aquellas que todavía están por escribirse.