Cristina Kirchner: “Estar presa es un certificado de dignidad”.

La ex presidenta lo dijo en un acto cargado de tensión política y respaldo militante.

En un encendido discurso por el Día de la Resistencia Peronista, la ex presidenta denunció persecución judicial y pidió al peronismo organizar una alternativa de poder. Con Axel Kicillof en primera fila, el kirchnerismo mostró músculo político ante la inminente decisión de la Corte Suprema sobre su detención.

En el marco del Día de la Resistencia Peronista, Cristina Fernández de Kirchner encabezó un acto en la sede nacional del Partido Justicialista que funcionó tanto como conmemoración como como advertencia política. Ante miles de militantes y con la presencia del gobernador bonaerense Axel Kicillof, la ex presidenta arremetió contra el Poder Judicial, el macrismo y el actual gobierno, en un momento en que la Corte Suprema prepara una resolución clave que podría habilitar su detención e inhabilitación electoral.

“Créanme que estar presa es un certificado de dignidad”, afirmó, aludiendo a figuras del macrismo que “siguen caminando libres” a pesar de escándalos como el del Correo, los parques eólicos o la deuda con el FMI. Cristina denunció un doble estándar judicial y recordó que no se rendirá: “Los peronistas no somos como esa derecha mafiosa que se profuga tres años y vuelve para ser sobreseída”.

El acto también evidenció una momentánea tregua dentro del oficialismo: Kicillof, que ha mantenido tensiones con el kirchnerismo más duro, se mostró junto a la intendenta camporista Mayra Mendoza. La señal no pasó desapercibida.

A lo largo de su discurso, la ex mandataria pareció resignarse a una posible orden de detención, al tiempo que llamó a construir una alternativa política sólida: “Este gobierno cachivache va a fracasar y nosotros tenemos que estar listos”. Evocó las crisis del modelo neoliberal y llamó al peronismo a no repetir errores: “La unidad no puede ser ‘siempre y cuando el primero sea yo’”.

Cristina también hizo una fuerte analogía histórica al definirse como una “fusilada que vive”, en alusión al intento de magnicidio que sufrió en 2022 y los fusilamientos de José León Suárez en 1956, retratados por Rodolfo Walsh.

El mensaje fue claro: el oficialismo atraviesa una encrucijada, y el kirchnerismo se prepara para resistir judicial y políticamente, apostando a que —como dijo la propia Cristina— “siempre el pueblo regresa”.


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