Condenan a 16 años de prisión a Pablo Camino en caso de asociación ilícita

El condenado ya esta preso en la cárcel de Piñero, desde donde seguía cometiendo ilícitos.

En un fallo unánime, los Jueces de Primera Instancia Silvana Lamas González, Ismael Manfrin y Fernando Sosa han homologado el procedimiento abreviado presentado por la Fiscalía, condenando a Pablo Camino, de 29 años, a una pena de 16 años de prisión. Esta condena se unifica a una pena única de 40 años de prisión efectiva debido a su participación en una amplia gama de delitos en el marco de una organización criminal que operaba en Rosario.

El Dr. Pablo Socca, Fiscal del caso, atribuyó a Camino la jefatura de una asociación ilícita que, junto a otros individuos -incluyendo menores de edad y personas aún no identificadas-, se dedicó a actividades delictivas como homicidios, robos, extorsiones y amenazas. La organización criminal en Rosario ha intentado dominar barrios como Godoy, Villanueva y Bajo Cullen, excluyendo a bandas rivales para obtener beneficios económicos a través de actividades ilícitas, incluyendo homicidios, robos, extorsiones y venta de drogas. La estructura podría ser una subcélula de una red más amplia, con vínculos a otras localidades como San Lorenzo y Villa Gobernador Gálvez, bajo un liderazgo común aún no imputado.

El esquema delictivo se reveló tras el secuestro de un teléfono celular de Camino, el cual contenía información que corroboró la existencia de esta red criminal desde marzo de 2020. A lo largo de su operación, la organización habría estado involucrada en delitos graves, incluyendo la venta ilegal de estupefacientes y amenazando a víctimas para obtener dinero y bienes.

El condenado, que es uno de los jefes de una organización criminal, imparte órdenes desde la Unidad 11 de Piñero, utilizando su celular para realizar amenazas y extorsiones. Ordena atentados con armas de fuego contra personas, incluyendo a las víctimas de extorsiones y miembros de bandas rivales, eligiendo a quienes ejecutarán los delitos y supervisando la venta de estupefacientes.

Se le atribuye haber amenazado a los residentes de una vivienda para que abandonen su hogar y exigirles dinero y bienes bajo amenaza de muerte. A través de intermediarios, envió mensajes intimidantes y realizó disparos contra la vivienda de las víctimas. También usó su influencia para extorsionar a las víctimas, quienes fueron forzadas a entregar dinero y vehículos.

Además, amenazó al personal penitenciario para obtener privilegios y amedrentar a la comunidad, ordenando disparos contra instalaciones del servicio penitenciario. En una ocasión, envió mensajes intimidantes a través de Facebook, utilizando información personal de la víctima obtenida fraudulentamente por su pareja, que había falsificado la identidad de un familiar. Esto demuestra el nivel de control y operación delictiva que mantiene desde la prisión.

Pablo Camino, aunque detenido en la Unidad 11 de Piñero, continuó impartiendo órdenes delictivas desde la prisión, utilizando dispositivos móviles para amenazar y extorsionar a personas, además de coordinar atentados con armas de fuego. Las evidencias apuntan a su rol central en la perpetuación de estas actividades delictivas, lo que llevó a su condena.


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