Bajo la dirección de David del Pino Klinge, la Sinfónica de Rosario estrenará una obra del rosarino Marcelo Ajubita

El jueves 26, desde las 20, el organismo provincial ofrecerá un concierto gratuito en el Teatro El Círculo de Rosario. Se presentará por primera vez “Hello Frank Freak”, además de obras de Felix Mendelssohn y Serguéi Prokófiev. Además, participará como solista el concertino Hernán Rodríguez.

La Orquesta Sinfónica Provincial de Rosario, dependiente del Ministerio de Cultura de Santa Fe, brindará un nuevo concierto de temporada en el Teatro El Círculo, esta vez bajo la conducción del director invitado David del Pino Klinge.  El programa incluirá el estreno de la obra «Hello Frank Freak» del compositor rosarino Marcelo Ajubita y el «Concierto en mi menor para violín, Op. 64» de Felix Mendelssohn, que contará con la participación, en calidad de solista, de Hernán Rodríguez, concertino de la Orquesta Sinfónica Provincial de Rosario. El programa se completará con episodios del Ballet «Romeo y Julieta» Op. 64 y episodios del Ballet «La Cenicienta» Op. 87 de Serguéi Prokófiev.

En relación al programa elegido para esta presentación, el Maestro del Pino Klinge dio detalles las tres obras elegidas. «La primera obra es un estreno. Ajubita es uno de los grandes compositores de larga trayectoria aquí en Rosario, que además está próximo a jubilarse como integrante de la orquesta, lo cual le da un significado especial. Yo tengo una larga relación profesional con Marcelo Ajubita, le he estrenado por lo menos dos obras, y cuando me invitaron el año pasado y me propusieron si quería incluir en mi programa la obra de Ajubita, yo dije que por supuesto porque hay un elemento de relación personal con el compositor. El lenguaje de Ajubita es muy original. Es un lenguaje que no siempre es de digestión fácil, pero las grandes sonoridades que él consigue son convocantes. De alguna manera te envuelven, yo diría, hasta en ciertas imágenes visuales. En este caso la obra tiene la peculiaridad de que separa la sección de percusión en cinco partes, bien definida cada una, donde destaca un rol más brillante de la marimba pero toda la percusión, en general, tiene un rol destacado. Separados en cinco grupos diferentes, con algunos instrumentos muy originales, que van más allá de la tradición sinfónica. Timbres diferentes, algunos raros y sorprendentes”.

“La segunda obra del programa, de Mendelssohn, también tiene un historial con nosotros porque yo la iba a dirigir hace dos años con este solista, el talentosísimo Hernán Rodríguez, uno de los concertinos de nuestra orquesta. Ya la habíamos ensayado, estábamos listos para el concierto y se produjo un paro que interrumpió el concierto, así que al año siguiente fue programado nuevamente el concierto con Hernán y volvió a ocurrir lo mismo, esa vez estaba a cargo otro director. Así que ahora nos toca reunirnos por tercera vez, la vencida, y no tengo dudas que va a ser una gran versión. Hernán lo toca muy hermoso a este concierto, que es uno de los grandes clásicos románticos para violín”, manifestó el director invitado.

Como cierre de programa, sobre los episodios del Ballet de Prokófiev, dijo: “Finalmente elegí Prokofiev porque es un compositor que siempre he tenido cerca en mis gustos musicales. Una de las primeras obras que dirigí cuando era muy joven fue la ‘Quinta’ de Prokófiev. Es un compositor que me resulta cercano en todo sentido, cuando yo era estudiante y todavía componía como parte de mi formación siempre yo decía: no tiene sentido que yo componga, porque todo lo que yo compongo me sale estilo Prokófiev. Eso habla un poco de la simpatía o empatía que tengo con ese juego entre la disonancia pero al mismo tiempo el abrazo a la tonalidad permanente que hay en Prokófiev”.

“En el caso de los ballets algo que me gusta destacar siempre es el manejo psicológico, profundamente sabio que hace Prokófiev, del carácter de los personajes. La música de Prokófiev no es música de baile simplemente, no es música para que algún personaje baile con mayor o menor entusiasmo o delicadeza, no. Hay todo un estudio de la personalidad, la edad, el contexto de la historia, esto se nota muchísimo por ejemplo en el ‘Romeo y Julieta’, la manera que él presenta todo. Primeramente, el odio existente en la ciudad de Verona, la maldad que se respira en el aire, y que contrasta con el esplendor discretísimo de un amor insipiente, el famoso movimiento ‘Montesco contra Capuleto’ describe de manera tremenda y con gran amargura esta guerra entre las dos familias. También el momento en el cual pasan de ser niños Romeo y Julieta y de pronto inesperadamente aparece una flauta sobre el tema del amor por primera vez, es casi como poder ver una película la manera tan sabia en que Prokófiev describe estas emociones sinceras. Y los dos movimientos finales: la muerte de él, adolescente de 15 años, exagerado, extrovertido, descontrolado, gritando, llorando, matándose sin darse ni siquiera un tiempo para averiguar porque Julieta está muerta, que claro no está muerta, pero piensa que lo está. La música describe tan bien este carácter de adolescente masculino y el contraste tremendo cuando le toca el turno a Julieta. Desde que ella se despierta y observa que Romeo está muerto al costado de ella, la reacción de ella es, teniendo la misma edad y siendo también adolescente, la de una mujer madura, la famosa madurez de las mujeres, y la música de Prokófiev es maravillosa como describe… ni siquiera la tristeza de ella, para ella es casi una felicidad saber que tiene la daga que le va a permitir reunirse con su amado. La música es como una película”.

“En la otra suite que vamos a hacer, ‘La Cenicienta’, también hay todo un trabajo de Prokófiev sobre la honestidad y la mentira. La honestidad del amor que solamente puede sobrevivir si es que no hay mentiras, y la mentira en este caso es el disfraz, el tratar de ser lo que uno no es. Y el ballet se ha construido de esa manera, por eso es que en el movimiento más famoso esta área que es el vals de la Cenicienta, lejos de haber un brío deslumbrante tipo película de Disney, hay una oscuridad y una cierta melancolía que tiene que ver con ese mensaje de Prokófiev que hay una mentira en el medio de toda esta relación, que al final termina muy bien, hay perdón. El público de este jueves va a poder casi tener una historia visual a través de la fantástica partitura de Prokófiev en ‘Romeo y Julieta’ primero, y en ‘La Cenicienta’ después”, afirmó el director invitado.


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