La Argentina cierra su participación con tres medallas y una profunda crisis en el deporte
Los deportistas (que hacen malabares para competir ante los mejores del mundo) piden a gritos una mejor infraestructura y mayor colaboración económica.
La participación de Argentina en los Juegos Olímpicos de París 2024 concluyó con tres medallas: una dorada de José “Maligno” Torres en BMX Freestyle, una de plata de Mateo Majdalani y Eugenia Bosco en vela, y una de bronce de Las Leonas en hockey. Sin embargo, detrás de estos logros, se esconde una preocupante realidad que pone en evidencia la crisis que atraviesa el deporte argentino.
El número de medallas obtenidas por Argentina en los últimos Juegos Olímpicos ha ido disminuyendo drásticamente. Mientras que en Atenas 2004 y Beijing 2008 se lograron seis medallas, en Londres 2012 y Río 2016 se obtuvieron cuatro, y en Tokio 2021 y París 2024 el número se redujo a “solo” tres. Aunque puedan parecer pocas, estas medallas son verdaderos milagros en un país donde los deportistas claman por una mejor infraestructura y apoyo económico para competir al nivel de las potencias mundiales.
Para entender mejor esta situación, es importante contextualizar el financiamiento del deporte en Argentina. Los deportistas reciben becas de solo 439 dólares mensuales, una de las cifras más bajas del continente. En comparación, Ecuador paga a sus atletas 3.187 dólares al mes, casi diez veces más. El principal encargado de sostener a los deportistas es el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Enard), que interviene recién cuando los atletas alcanzan un alto nivel competitivo. Esto contrasta con países como Estados Unidos, donde el apoyo a las jóvenes promesas comienza desde las etapas iniciales de su formación.
El analista económico Damián Di Pace, en un informe de Focus Market, detalló que “las becas principales que se otorgan son dos: la de excelencia, destinada a quienes compiten en campeonatos mundiales, con un desembolso de $659.567, y la de proyección, para aquellos con potencial de podio olímpico, que reciben $501.271”. A pesar de estas cifras, el apoyo sigue siendo insuficiente.
La gran figura argentina en estos Juegos fue José “Maligno” Torres, quien hizo historia al conseguir la medalla de oro en BMX Freestyle. Tras su regreso, fue recibido por el presidente Javier Milei en la Casa Rosada, donde aprovechó la oportunidad para pedir mayor inversión en infraestructura, mencionando que la mejor pista de rampas que tienen está en Córdoba. Este pedido es un reflejo del estado crítico del deporte en Argentina.
La falta de financiamiento e infraestructura no es un problema reciente y no puede ser atribuido únicamente a la gestión de Javier Milei o a sus predecesores, como Cristina Kirchner, Mauricio Macri o Alberto Fernández. Es una situación que se arrastra desde hace décadas y que ha llevado a situaciones extremas, como las colectas organizadas por el influencer Santiago Maratea para que deportistas pudieran viajar a competencias internacionales en los últimos años.
El caso de Delfina Pignatiello, campeona mundial juvenil de natación, quien decidió retirarse a los 21 años tras una decepcionante participación en Tokio 2021, es otro ejemplo de cómo la falta de apoyo afecta a los deportistas. Durante la pandemia, su preparación se limitó a entrenar en una pequeña piscina en su casa, muy lejos de las condiciones necesarias para competir al más alto nivel.
Durante estos Juegos, también se conoció la historia del jinete José María Larocca, quien apoyó económicamente a la nadadora Macarena Ceballos para que pudiera prepararse de cara a París 2024, ya que su beca no era suficiente.
Estos casos son solo una muestra de las dificultades que enfrentan los deportistas argentinos. Agustina Albertario, jugadora de Las Leonas, expresó la frustración de muchos al señalar que “esto lo hacemos por amor a la camiseta. No ganamos NADA”.
Más allá del “exitismo” de las medallas, el rendimiento de Argentina en cuanto a diplomas olímpicos también ha disminuido. En Londres 2012 se obtuvieron 10 diplomas, en Río 2016 fueron 11, en Tokio 2021 fueron 9, y en París 2024 solo se alcanzaron 6.
Argentina, un país con una rica tradición deportiva y exportador de grandes talentos, finalizó en la posición 52° en el medallero de estos Juegos Olímpicos. Esto no es culpa de los deportistas, sino de una mala gestión y administración de recursos que se ha extendido durante décadas. El Comité Olímpico Argentino y las federaciones deben rendir cuentas.
Aunque hubo deportes en los que se perdió la oportunidad de ganar una medalla, como el fútbol y el rugby seven, a más del 90% de los deportistas no se les puede exigir más. Solo queda agradecerles por su esfuerzo y dedicación, y por representar a Argentina de la mejor manera posible, a pesar de las adversidades.