Rosario terminó el 2023 con una leve caída en los homicidios, cuya tasa quintuplica la nacional

En los últimos 12 meses hubo en dicho distrito 259 homicidios dolosos, una cifra que si bien es menor a las de 2022 resulta más alta que la de los anteriores períodos desde 2014, según la información que elabora y publica el Observatorio de Seguridad Pública (OSP) de Santa Fe.

Rosario, la ciudad que registra una tasa de homicidios intencionales que quintuplica la nacional, termina este 2023 con 28 casos menos que el año anterior, cuando se cometieron 287 asesinatos en el departamento más poblado de la provincia de Santa Fe; al tiempo que sólo alrededor del 6% fueron en ocasión de robo.

En los últimos 12 meses hubo en dicho distrito 259 homicidios dolosos, una cifra que si bien es menor a las de 2022 resulta más alta que la de los anteriores períodos desde 2014, según la información que elabora y publica el Observatorio de Seguridad Pública (OSP) de Santa Fe.

Con altas y bajas estacionales, la ciudad de Rosario es epicentro desde hace una década de un fenómeno de violencia altamente lesiva que expresa, no solo pero fundamentalmente, las consecuencias de la debilidad estatal en la lucha contra el comercio de estupefacientes al menudeo y su violencia conexa.

El último informe de 2023 publicado por el OSP, correspondiente a los datos hasta octubre de este año, revela que el 65,6% de los homicidios ocurridos en el departamento Rosario corresponden a la categoría «Economía ilegales/organización criminal».

Es el modo en que el organismo público etiqueta los asesinatos que tienen como contexto la violencia narcocriminal por disputas entre bandas, por venganzas personales asociadas a esas tramas ilícitas o por el empleo de la «violencia identitaria», aquella que se ejerce no de modo «instrumental» – para eliminar a un adversario, por ejemplo- sino con el fin de acumular «prestigio» y poder en el universo delictivo.

En cambio, los homicidios en ocasión de robo representan en Rosario el 6% del total hasta octubre último, un porcentaje apenas un poco superior que el reportado en 2022, cuando fue del 4,8%.

Según el informe estadístico, el 72,1% de los crímenes de este año tuvieron «planificación previa», guarismo similar al de los últimos cuatro años, cuando osciló entre el 74 y el 77% del total de asesinatos registrados en el departamento.

Otro dato relevante del documento del OSP es que en casi la mitad de los homicidios (48,9%) de 2023 existió según las investigaciones «mandato o pacto previo»; mientras que en el año anterior ese porcentaje fue del 52,1%.

Esa característica del uso de la violencia en Rosario circunscribe en parte el fenómeno a las disputas entre múltiples organizaciones narcocriminales barriales -muy violentas pero de menor envergadura-, aunque en muchas ocasiones asociadas como células o grupos satélites de las bandas más importantes, como «Los Monos» o la que lidera Esteban Alvarado.

Aunque el informe del Observatorio no contempla la medición del dato, una porción nada desdeñable de los asesinatos ocurridos en Rosario son instigados, organizados y planificados desde las cárceles, donde están detenidos los cabecillas de varias organizaciones criminales.

En ese sentido, el gobierno santafesino de Maximiliano Pullaro, que asumió el 10 de diciembre último, puso el foco en este aspecto del problema al restaurar los pabellones carcelarios destinados a presos de alto perfil, con el objetivo de reducir los márgenes de operación de los jefes narcos arrestados.

También dictó una serie de resoluciones que «endurecen» las condiciones de detención y dispuso el traslado de presos de comisarías a unidades penitenciarias.

Además, el paquete de iniciativas incluye la puesta en marcha de inhibidores de señales en las unidades penitenciarias y la suspensión de la provisión de alimentos a los detenidos por parte de familiares.

Por su parte, el ministro de Seguridad santafesino, Pablo Cococcioni, dijo al inaugurar su gestión que «la decisión del gobernador Pullaro y de todo el equipo es ir a fondo contra la delincuencia».

Al referirse a la reubicación de detenidos de alto perfil en la Unidad Penitenciaria 1, sostuvo que «era conocido que desde las cárceles se manejaba lo que los delincuentes hacían en las calles».

«Este tipo de operativos nos permite recuperar el control en las cárceles para que la calle empiece a ser un lugar seguro», afirmó.

En tanto, otros indicadores que mide el informe anual del OSP sobre la violencia altamente lesiva, muestran su permanencia en el tiempo.

En los 10 primeros meses de 2023 el 76% de los asesinatos ocurrió en la vía pública; la mayor parte de las víctimas (44,5%) son jóvenes de entre 20 y 34 años; el 81% son varones; y el 84% de los homicidios fueron cometidos con armas de fuego.

Con oscilaciones mínimas en cada año, esos guarismos permanecen más o menos inalterables en la última década.

Si bien el informe final de 2023 de homicidios aún no fue publicado por el Gobierno provincial, la tasa de asesinatos cada 100 mil habitantes – que es el modo en que se mide internacionalmente- estará cerca de los 22 casos sobre ese cantidad de población en el departamento Rosario.

La tasa nacional del mismo indicador fue en 2022 de 4,2 homicidios por cada 100 mil habitantes, por lo que el guarismo rosarino quintuplica al del país y revela la singularidad del fenómeno local.

Por otro lado, el 18 de diciembre la ministra de Seguridad nacional, Patricia Bullrich, presentó en Rosario junto al gobernador Pullaro el «Plan Bandera», que contempla una serie de medidas para la «lucha contra el narcotráfico».

«A partir de ahora vamos a trabajar con mucho más énfasis, más decisión y operatividad para lograr que Rosario sea una ciudad liberada de esta nueva policriminalidad que tenemos hoy en la ciudad y alrededores», sostuvo entonces la ministra.


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