El campeón del mundo también se arma con «descubrimientos»
La Selección Argentina tiene instalado su Departamento de Scouting en Madrid, pero el mismo tiene «dependencias» en muchos otros rincones del mundo, donde se reclutan nuevos valores para el equipo de Scaloni.
Argentina ya es campeón del mundo y muchos de los que lo lograron fueron hallazgos de su cuerpo técnico en territorio europeo, y en estos momentos, a pocas horas de que se haga pública la lista de convocados para la gran doble fecha de Eliminatorias ante sus clásicos rivales sudamericanos, Uruguay y Brasil, esa dinámica sigue latente.
La posibilidad de que el lateral derecho de Mallorca, de España, Pablo Maffeo, de 26 años, de madre argentina y padre italiano, sea parte de la lista definitiva para los encuentros del jueves 16 ante los uruguayos en cancha de Boca Juniors y frente a los brasileños, el martes 21 en el Maracaná, de Río de Janeiro, puso nuevamente sobre el tapete el trabajo centralizado en España de captación de futbolistas «seleccionables».
Esa gestión, que en el caso puntual de Maffeo, tuvo que ver esencialmente con el propio director técnico del seleccionado, Lionel Scaloni, su «vecino» en Mallorca, donde reside el entrenador, quien le «torció» su voluntad inicial de representar a la selección mayor de España, puesto que anteriormente lo había hecho en sus categorías juveniles.
Maffeo pasó del «mi sueño es jugar en el seleccionado de Eapaña» a un «voy mañana mismo en barco» cuando fue contactado por Scaloni.
Es que además del acicate que significa jugar para los vigentes campeones mundiales, Maffeo tiene recuerdos de sus enfrentamientos nada menos que con Lionel Messi, quien justamente alguna vez habló de él como un «defensor muy duro», cuando le ordenaron hacerle marca personal jugando para Girona contra Barcelona.
Messi le dijo al por entonces veinteañero Maffeo si iba a estar «todo el día» encima suyo, y el futbolista nacido el 12 de julio de 1997 en Saint Joan Despí le respondió que lo había mandado el técnico a hacer ese trabajo.
«Eres el mejor del mundo, que voy a hacer», le expresó Maffeo a Messi, y «Lío» aceptó esa justificación y lo palmeó comprensivamente. Si ahora se reencuentran defendiendo la misma camiseta, quizá aquella jornada controvertida termine convirtiéndose en solamente una risueña anécdota.
Pero Maffeo es solamente un producto más del eficiente trabajo que se viene realizando en Europa con la detección de futbolistas que no nacieron en Argentina pero, por algún ascendiente, pueden jugar para la selección albiceleste.
Y el gran responsable de ese «scouting» que, obviamente, después debe ser aprobado por Scaloni y su cuerpo técnico, es un periodista, devenido profesor de educación física con varios posgrados en España, que tiene 44 años y es oriundo de la ciudad de La Plata: Juan Martín Tassi.
Los Alejandro Garnacho, Nicolás Paz, Matías Soulé o Valentín Carboni, por citar solo algunos, fueron detectados por él y los informes respectivos los envió al coordinador de selecciones nacionales, Bernardo Romeo, que a su vez se los baja al cuerpo técnico.
Y una vez que todos están de acuerdo en que los jugadores observados deben ser citados, empieza el trabajo de los dirigentes, ya que siempre hay trámites en el medio que realizar, porque por lo general la ligazón que estos jugadores tienen con Argentina es a través del padre y la madre, pero todas sus cortas vidas han transcurrido en Europa.
Argentina tiene instalado su Departamento de Scouting en Madrid, pero el mismo tiene «dependencias» en muchos otros rincones del mundo, y de hecho, por ejemplo, Lucas Esquivel, lateral izquierdo ex Unión, de Santa Fe, hoy en Athlético Paranaense, fue parte de las últimas convocatorias cuando en Argentina había pocos registros de su buen presente en el fútbol brasileño.
A más tardar mañana Scaloni estará haciendo pública la lista elevada oportunamente a la Conmebol para esta próxima fecha FIFA, y nombres como el de Maffeo, ante las lesiones de Gonzalo Montiel y Juan Foyth, o el delantero mendocino de la Lazio italiana, Valentín Castellanos, estén dentro de ella.
Y si no es ahora, será a la brevedad, porque parafraseando un tema de los Wawancó, «la cosecha de jugadores (argentinos), nunca se acaba». El trabajo es saber cuando y donde están sembrados. «Y para eso hay que tener paciencia», advierte Tassi,