El mejor alfajor triple de dulce de leche bañado en chocolate es rosarino
Natalia Ferreyra es la emprendedora de la economía social a cargo de Morgana, marca ganadora del premio en el concurso nacional “Buscando el mejor alfajor argentino”, en Mar del Plata.
El mejor alfajor triple de dulce de leche es rosarino y se llama Morgana. Natalia Ferreyra es repostera y participó en octubre pasado del concurso nacional “Buscando el mejor alfajor argentino”, en Mar del Plata, organizado por la Asociación Argentina de Cocina Regional (ACRA), respaldada por la Cámara Argentina del Alfajor (CADA), y salió ganadora en su categoría por su alfajor con avena triple de dulce de leche bañado en chocolate.
La competencia, en la que participaron 126 creaciones de todo el país, se dividió en 10 categorías, y contó con un jurado conformado por chefs que integran ACRA.
El triple distinguido es una de las variedades que elabora Morgana, que incluye avena y también ofrece sabores de frutos rojos, semiamargo, lemon pie y menta.
“Todo lo hacemos con mucho amor y es 100 por ciento artesanal. La avena que uso es instantánea, por eso la masa no puede ir en la cebadora, la estiramos a mano con el palo de amasar. Muchos clientes me dijeron que el sabor de los alfajores los hacía remontar a su niñez, a los sabores de la abuela, y que tiene un dejo de sabor al turrón de avena Quaker. Morgana fue un antes y un después en mi vida”, resumió con una sonrisa la emprendedora de 44 años.
Y agregó: “Siempre me dediqué a hacer capacitaciones. Hice el ABC de mi emprendimiento, el programa de la Municipalidad, y participo del Biomercado. También conseguí el visto bueno del Instituto del Alimento y participé de un curso de Alimentos con Valor, que lo dictó Desarrollo Social de la Nación”.
Sus comienzos
Natalia es una apasionada por la pastelería desde su adolescencia. A los 14 años, su abuela Gladis le enseñó a hacer la famosa torta de manzana invertida, y así empezó su camino. “Me gustó tanto la repostería que miraba todos los programas de Utilísima, compraba revistas, libros; era autodidacta. Después fui al Instituto del Gato Dumas, y también hice muchos cursos de capacitación y decoración de tortas. Así empecé con tortas de cumpleaños, casamientos, bautismos”, explicó.
En 2020 llegó la pandemia, Natalia estaba recientemente separada y con tres hijos; el más chiquito, Joaquín, tiene un trastorno severo generalizado de neurodesarrollo. “Estaba en plena pandemia con mis hijos Estefanía, Bautista y Joaco, y por una cuestión económica y mental me puse a pensar qué podía hacer ante esa situación. Se me había ocurrido hacer budines, pastafrolas, tortas, pero dije: ´todo el mundo lo hace´. Como sabía hacer unas galletas de avena, probé una masa, la fui mejorando y así incursioné con los alfajores”, contó.
Y siguió: “En abril de 2021 se flexibilizó un poco la pandemia y comencé a ofrecerles alfajores a los clientes, a negocios, ferias y empezaron a encargarme. En diciembre de ese mismo año me habilitaron la cocina”.
La marca, en el nombre de su hermana
En agosto de 2020 la emprendedora hizo un curso virtual de terapias holísticas, que dictaba una amiga, y allí surgió el nombre del emprendimiento. “Morgana es una diosa mitológica celta, asociada a la superación personal. Representa la vida, la muerte y la resurrección; yo lo pensé por mis tres hijos, y Sole, mi hermana fallecida. Elegí los colores verde y marrón, que son distintivos de la diosa celta», remarcó.
Natalia perdió a su hermana María Soledad en 2020, quien cursaba la carrera de Psicología en la UNR. La joven sufrió en 2014 un ACV y decidió seguir estudiando hasta que se descompensó de manera súbita. Luego de su muerte, la facultad decidió que una de las aulas lleve su nombre en homenaje a la estudiante.
“Sole es parte de Morgana y lleva ese nombre en su honor. Sé que está de alguna manera por situaciones que se fueron dando, sé que desde algún lugar intercede”, dijo Natalia, emocionada.
El alfajor que se llevó todas las miradas y el mejor premio
Una de las originalidades del producto es el agregado de avena, considerado como el cereal más rico en propiedades, con fibras, proteínas y minerales.
“Los alfajores que hacemos son una alternativa mucho más nutritiva porque sabemos que la avena es rica en fibra y nutrientes esenciales. Nos impulsa a desarrollar nuevas variedades, porque además somos una alternativa sin conservantes ni agregados químicos”, remarcó la emprendedora.
Seguir apostando por un futuro mejor
Sobre el futuro de su proyecto, Natalia aspira a tener su propio local de Morgana, y conseguir la habilitación de la Agencia Santafesina de Seguridad Alimentaria, ya que de esa manera podrá vender sus productos al resto del país. “Me gustaría tener un local al público donde los clientes puedan pasar a tomar un café y degustar un alfajor, y también replicarlo en otras ciudades. Hay personas que me ayudan todos los días, pero la idea es aumentar la capacidad productiva e incorporar mujeres. Que el producto no pierda su esencia y mejorarlo”.
Hay mucho esfuerzo, dedicación y sacrificio detrás de esta emprendedora rosarina del barrio República de la Sexta. El camino de alcanzar sueños suele ser cuesta arriba, y algunas veces, también dulce.