Conforman un equipo especial para la recaptura del evadido jefe de sicarios del capo narco Alvarado
Un equipo especial integrado por efectivos de la Policía Federal y de la Policía de Santa Fe fue conformado a pedido de la Justicia para recapturar a un preso apodado «Caníbal»
Un equipo especial integrado por efectivos de la Policía Federal y de la Policía de Santa Fe fue conformado a pedido de la Justicia para recapturar a un preso apodado «Caníbal», jefe de sicarios del capo narco de la ciudad de Rosario Esteban Lindor Alvarado, quien se cree que se fugó la semana pasada del penal del porteño barrio de Villa Devoto, donde cumplía una condena a prisión perpetua por homicidios, confirmaron a Télam fuentes judiciales.
Personal de la División Búsqueda de Prófugos de la PFA y de la Policía de Santa Fe trabajaban en varias hipótesis sobre el paradero de Mauricio Jesús Laferrara (27), alias «Mauri» o «Caníbal», quien el viernes pasado el personal del Servicio Penitenciario Federal (SPF) descubrió que no se hallaba en su celda de la planta III del Pabellón 11 del Penal de la Ciudad de Buenos Aires, tal como se la llama a la cárcel de Devoto.
Desde entonces, el Tribunal Oral en lo Federal (TOF) 2 de Rosario, que lo había condenado y había ordenado su traslado a Devoto, comenzó a investigar la supuesta fuga, y le dio intervención a la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) y a una fiscalía de la Ciudad de Buenos Aires.
«Se está trabajando sobre la hipótesis de fuga», dijo a Télam uno de los investigadores, quien confirmó que las autoridades del SPF denunciaron la «desaparición» del preso el viernes pasado tras un recuento de presos.
La última requisa que realizó el SPF en la que se detectó la presencia del «Caníbal» Laferrara dentro del penal fue el martes último, según consignaron las fuentes de la investigación, que agregaron que la siguiente fue el viernes, cuando ya no lo detectaron.
Los investigadores analizaban la totalidad de las cámaras de seguridad tanto del interior de la cárcel de Devoto como de los alrededores, aunque por el momento no se registraron movimientos sospechosos del «Caníbal» Laferrara.
Por eso, una hipótesis que se maneja es que el jefe de los sicarios del capo narco Alvarado se haya escapado escondido entre la basura que sale del penal.
Por este motivo, los investigadores pidieron que se haga un análisis de los movimientos de la empresa que se dedica a retirar la basura de la cárcel, hacia donde la lleva y las identidades de los choferes de los camiones que ingresaron al lugar, dijeron las fuentes.
Los pesquisas quieren establecer si existió algún tipo de ayuda del exterior del penal o, bien, dentro del mismo, que pudieran haberle facilitado la fuga.
Laferrara fue condenado junto a Alvarado, en junio de 2022, a prisión perpetua por el homicidio del prestamista Lucio Maldonado, ocurrido en noviembre de 2018 y cuyo cadáver fue encontrado en la autopista Rosario-Buenos Aires, baleado y con una nota que decía «con la mafia no se jode», un sello que utilizaban entonces los miembros de la narcobanda «Los Monos», enfrentada a Alvarado.
En abril de este año, otro tribunal también estableció la pena de prisión perpetua para el «Caníbal» por el asesinato de un joven llamado Cristian Beliz.
De acuerdo a lo ventilado en ese juicio, Laferrara participó junto a Franco Aranda, Gastón Tévez y Matías Ávila -todos condenados- de la balacera a una distribuidora en la que fue herido y quedó hemipléjico su dueño, Oscar «Manco» García, ocurrida el 7 de septiembre de 2019.
Según voceros judiciales, García es tío del «Caníbal» Laferrara, quien habría cumplido aquél ataque por orden de Alvarado, que quería quedarse con el comercio del «Manco».
El hombre que era buscado en la cárcel de Devoto también fue imputado por el secuestro y asesinato de un joven llamado Cristian Enrique, ocurrido en octubre de 2018 en Rosario.
A la vez, los fiscales que lo acusaron tras su detención, lo imputaron por un triple homicidio de personas vinculadas a «Los Monos» ocurrido en abril de aquél año en la localidad de Granadero Baigorria, cuyas víctimas fueron Gerardo Abregú y los hermanos Ezequiel y José Fernández.