RCP: vital para la supervivencia de los paros cardiacos extrahospitalarios
Por Gabriel Santángelo, coordinador académico de la Licenciatura en Gestión de Servicios de Salud de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE).
El corazón es uno de nuestros órganos vitales, uno con una permanente función contráctil. El dejar de latir representa una emergencia y algunas de sus causas podrían ser arritmias (trastornos de su ritmo) o diversas patologías cardiacas como la enfermedad coronaria, la insuficiencia cardiaca o el infarto; representando, como consecuencia final, el freno del corazón y, por ende, una emergencia con riesgo de vida donde la maniobra de RCP tiene un rol clave.
En el último año hemos sido parte de un debate público sobre los problemas potenciales de realizar la maniobra de Reanimación Cardiopulmonar (RCP). Sin embargo, existe evidencia de organizaciones como la American Heart Association (Sociedad Americana del Cardiología) y European Resuscitation Council (Consejo Europeo de resucitación) que enfatizan que la RCP es vital para la supervivencia de los paros cardiacos extrahospitalarios.
Recuerdo que tenía 16 años cuando por primera vez tomé un curso de primeros auxilios y la clase más importante era la de Reanimación Cardiopulmonar. La técnica comúnmente llamada respiración «boca a boca» era compleja, con varios pasos, pero me impactó su concepto de reemplazar externamente y por unos minutos la función del principal órgano de nuestro cuerpo: el corazón.
Lo cierto es que, hoy en día, se ha simplificado con el fin de lograr que toda la población pueda realizarla de forma fácil, efectiva (guiada por evidencia) y que, sumada a la tecnología que implica el desfibrilador automático externo (DEA), podamos mejorar la sobrevida de pacientes que han sufrido un paro cardio respiratorio repentino.
Desde hace algunas décadas, la American Heart Association -entidad rectora en materia de temas de reanimación- publica periódicamente guías para el manejo hospitalito y extrahospitalario sobre las técnicas de RCP.
La última, publicada en el año 2020, enfatiza las compresiones torácicas de calidad. Si la analizamos con formaciones más históricas de RCP, vemos que el principal cambio radica en la eliminación (en el ámbito extrahospitalario) de la «respiración boca a boca», pues evidencias muestran que solo con compresiones torácicas de calidad podemos realizar una RCP efectiva. De esta forma, la maniobra para el público en general se ha simplificado en dos pasos, «llamar y comprimir».
Esta nueva maniobra -protocolo solo manos-, útil para pacientes que han sufrido una «muerte súbita», o en otras palabras el paro cardio respiratorio que se produce de forma inesperada y repentina en personas que aparentemente gozan de un buen estado de salud, consta de dos pasos:
- Activar el sistema de emergencias llamando a la ambulancia (cada provincia o localidad tiene el suyo).
-
Comprimir el pecho del paciente (fuerte y rápido).
De ser posible, podemos complementar esta técnica con la utilización de un DEA (Desfibrilador externo automático), un dispositivo eléctrico portátil capaz de identificar y tratar las arritmias automáticamente mediante una descarga eléctrica con la finalidad de restablecer el ritmo cardíaco normal. Su principal ventaja es que son seguros y efectivos, además de que toda persona puede usarlo sin importar su formación de salud previa.
No tengamos miedo de brindar nuestra ayuda, es hora de entender que este tipo de acciones y capacitación pueden salvar la vida de más de una persona.
Video explicativo: https://www.youtube.com/watch?v=31ULEJWUpG0