Condenan a cadena perpetua al represor Alberto Jaime por el crimen de una militante de Santa Fe
El Tribunal Oral Federal de la capital provincial lo consideró culpable del homicidio doblemente agravado de Yolanda Rosa Ponti, ocurrido el 1 de diciembre de 1976.
El teniente coronel (RE) Alberto José Jaime, de 79 años, fue condenado hoy a la pena de prisión perpetua tras ser hallado culpable del homicidio doblemente agravado de la militante Yolanda Rosa Ponti, ocurrido el 1 de diciembre de 1976 en pleno centro de Santa Fe, según el fallo dado a conocer por el Tribunal Oral Federal de la capital provincial.
El fallo fue leído por el juez Luciano Lauría, en acuerdo con los vocales José María Escobar Cello y Elena Beatriz Dilario, con lo cual concluyó el juicio oral que en la audiencia de hoy incluyó el alegato de parte del abogado defensor Gonzalo Miño y las últimas palabras del exmilitar.
Jaime, quien siguió la audiencia desde su domicilio de calle José Hernández al 2100 de la ciudad de Buenos Aires, donde cumple prisión domiciliaria, fue condenado por el delito de «homicidio agravado por ensañamiento y alevosía, y el concurso de dos o más personas».
Apodado «Amorfo» y «Bestia», el represor continuará preso en su departamento hasta que el fallo de hoy esté firme, cuando deberá ser encarcelado en un instituto del Servicio Penitenciario Federal.
El juez Lauría anunció además que la audiencia en la que se dará lectura de los fundamentos del fallo se celebrará el 23 de agosto próximo a las 13 en la sede del Tribunal, situado en Primera Junta y San Jerónimo de la ciudad de Santa Fe.
De esta forma, el TOF actuó en consonancia por lo expresado en su alegato por el Fiscal General Martín Suárez Faisal sobre los hechos ocurridos el 1 de diciembre de 1976, cuando la estudiante Yolanda Ponti fue asesinada a balazos cuando viajaba en un colectivo, en la céntrica esquina de 25 de Mayo y Lisandro De la Torre.
Ponti, de 18 años, era una estudiante oriunda de la ciudad de Rafaela que residía en Santa Fe, donde era militante de la Juventud Universitaria Peronista.
Por su parte, Jaime integraba la «patota» del Destacamento de Inteligencia Militar 122, y estuvo a cargo del operativo en el que miembros del Ejército y la policía santafesina interceptaron el colectivo y mataron a Ponti, a otro pasajero y al chofer del vehículo.
La prueba clave del asesinato de la joven es un sumario que instruyó el Ejército en 1976 porque en la balacera de las fuerzas represivas murió uno de los suboficiales del Destacamento 122: el sargento Oscar Alberto Cabezas.
En ese sumario quedó asentado que Jaime y sus cómplices -todos fallecidos al día de hoy- vieron como Ponti subió a un colectivo de la Línea 3 en barrio Barranquitas y lo siguieron en dos vehículos, un Dodge y un Renault 6.
En la denuncia que dio inicio a la causa en 2013, el fiscal federal Walter Rodríguez relató que Jaime «impartió la orden por radio» de interceptar al micro y «dos hombres bajaron del Dodge para detenerlo a pie», mientras el Renault 6 le bloqueaba el paso.
El teniente coronel del Ejército retirado estuvo prófugo más de cuatro años hasta su detención en 2019, y fue juzgado por primera vez por crímenes de lesa humanidad.
El sumario permitió conocer que la patota estuvo integrada por siete efectivos: además de Jaime y un agente civil de inteligencia que no fue identificado, actuaron el suboficial Nicolás Correa, el teniente Julio César Domínguez, el sargento Elodoro Jorge Hauque, Cabezas, el oficial de la policía santafesina Héctor Romeo Colombini.
Jaime es el único de los integrantes de ese grupo de tareas condenado por el crimen de Ponti, quien primero fue herida en el abdomen y luego fue rematada con un disparo en la cabeza.