Con “Cóndor Uno Cero Cinco” cobra altura una ficción para la memoria malvinense

“Cóndor Uno Cero Cinco”, serie de ficción que recupera el denominado “Operativo Cóndor”, ocurrido en 1966, cuando un grupo de jóvenes militantes peronistas secuestró un avión comercial, lo desvió hacia las Islas Malvinas e hizo flamear la bandera argentina por primera vez en 133 años, llega mañana a las 22.30 a la TV Pública con la idea de que “la historia invite al diálogo”.

Así lo planteó en conversación con Télam Agustín Ortiz Byrne, creador y showrunner de la serie, que tendrá ocho episodios de entre 20 y 25 minutos que también estarán disponibles semanalmente en la plataforma Contar.

“La ficción histórica tiene todos los componentes para atrapar al público, sumado a que Argentina tiene un nivel de producción cinematográfico excelente. Si bien este tipo de series son más particulares que las series que van marcando tendencia en las plataformas siempre tienen un público de interés”, defendió la propuesta, que fue ganadora del Concurso Renacer Audiovisual y que fue realizada por la productora Labhouse/BdeBueno.

Con guiones de Nati Holland y Paula Marotta, dirección de Fede Suárez y Nano Garay Santaló, producción ejecutiva Flora Fernández y producción general de Nicolás Abelovich, la serie reconstruye desde la ficción un episodio real aunque poco recordado.

Los hechos ocurrieron entre el 28 y el 29 de septiembre de 1966, durante la dictadura de Juan Carlos Onganía, cuando un grupo de 18 de jóvenes peronistas nacionalistas identificados con el Movimiento Nueva Argentina (MNA), se hicieron pasar por pasajeros y tomaron un vuelo de Aerolíneas Argentinas en Aeroparque rumbo a Río Gallegos.

Durante el trayecto, sacaron armas y le ordenaron al comandante que redirigiera la aeronave hacia las Islas Malvinas (rumbo uno-cero-cinco, en las cartas de navegación). Una vez allí izaron las banderas y reclamaron por la soberanía argentina.

Superados en número y armamento, negociaron dejar las armas en el avión y se entregaron ante el párroco de la iglesia de las Islas -no ante autoridades británicas, ante quienes nunca se rindieron-, y horas después regresaron al continente en un buque argentino.

“La serie tiene un tono poético, más que una crónica documental. La historia está inspirada y adaptada para ser contada a través de ocho personajes principales, que absorbieron las características de la historia original”, advierte Ortiz Byrne sobre el tono de la serie, que cambió los nombres de los involucrados originales por otros ficcionales, encarnados por un elenco integrado por María Abadi, Nicolás Mateo, Julián Tello, Julián Larquier, Fernando Contigliani, Diego Gentile y Gustavo Pardi, entre más.

Además de una inteligente administración de recursos en la reconstrucción de la época de los 60 -que se aprecia no solo en el departamento de vestuario o maquillaje sino también en las escenas dentro de un avión de cabotaje de esos años o la recreación de un Aeroparque Jorge Newbery que hoy es sustancialmente diferente-, “Cóndor Uno Cero Cinco” viaja en el tiempo también al origen de la disputa por las Islas.

Es que, a modo de flashback y de manera intercalada con la línea narrativa principal que se desarrolla a modo de thriller, la serie cuenta la historia del gaucho entrerriano Antonio Rivero, un peón que lideró una resistencia durante meses contra los invasores británicos en 1833.

Télam: ¿Qué es lo que les atrajo de esta historia?

Agustín Ortiz Byrne: La historia del Operativo Cóndor es increíble por sí misma. El hecho de que a lo largo del tiempo se haya disipado, es lo que nos atrajo para traerla nuevamente a la vida.

Desde un punto de vista audiovisual, trabajamos desde el comienzo en equipo con los directores para diseñar una estructura de lo que serían nuestros pilares: la fotografía, la música y el desarrollo de la mística de los personajes. Para nosotros es interesante generar contenido sobre hechos históricos argentinos, para que se conozcan, perduren y se re-discutan con nuevas miradas y perspectivas. Que la historia nos invite al diálogo.

T: ¿Cómo fue el proceso de investigación? ¿Tuvieron la oportunidad de conversar con alguno de los involucrados?

AOB: La investigación y escritura del guion final duró aproximadamente un año y otro año para la realización. Tuvimos contacto con algunos cóndores y familiares, para nosotros fueron momentos emotivos.

El trabajo destacado y meticuloso de Arte y Vestuario fue fundamental para reconstruir la historia. Elegir las locaciones correctas y mantenernos todos en la esencia de la época, ciertamente era un desafío interesante. El avión o los detalles del desembarco en la vastedad de Malvinas… todo está cuidado para intentar evocar y transportarnos ahí. También el trabajo de fotografía impecable, que termina de generar ese clima que nos sumerge en el contexto del cuento.

T: ¿Cómo resolvieron el rodaje de las escenas dentro de la cabina del avión?

AOB: La búsqueda del avión fue compleja y por todo el país. Era de suma importancia mantenerse lo más fiel que se pudiera al original; teniendo en cuenta que había que ser flexibles, porque además de conservar la estética de los años 60, había que ir adaptándolo para filmar cada escena. El equipo técnico tiene gran parte del mérito.

T: Esta historia cuenta con un elenco coral, ¿qué desafíos encontraron a la hora de darle a cada uno y cada una su lugar?

AOB: Los desafíos eran muchos, ya que teníamos el reto de amalgamar en pocos personajes una gran historia. Eso hizo que cada detalle tuviera que pulirse finamente desde el guion. Definir cómo eran sus personalidades, gustos y reacciones. Ajustarlos 100% a la realidad ya no era tan esencial, como que la historia se contara orgánicamente a través de esos personajes.

T: ¿Por qué era importante ubicar el origen de esta historia en el pasado, en el momento en que las Malvinas son invadidas por Gran Bretaña en 1833?

AOB: Es una alegoría a la historia/guion que estamos escribiendo ahora, que se sitúa en ese contexto histórico. Además, al desembarcar en Malvinas, los cóndores bautizan a la tierra con el nombre “Puerto Rivero”, en homenaje al Gaucho Rivero y ahí está la conexión. Nuestro gusto mayor sería que la gente se interese, investigue y se charlen sobre los hechos de nuestra historia en cada hogar.

T: ¿Por qué crees que esta historia no es tan conocida? ¿Qué lugar crees que ocupa hoy la causa Malvinas para la sociedad argentina?

AOB: La historia fue censurada por el gobierno de facto del momento, lo que ayudó a que no trascendiera a través del tiempo.

La serie habla de una generación que estaba dispuesta a moverse atravesados por sus ideales patrióticos, dentro del contexto histórico que vivían. Su acción consistía en plantar nuestra bandera, ahí donde no estaba hace 133 años. En ese momento, lograron visibilizar la causa de soberanía territorial de Malvinas y que fuera noticia en el mundo.

Hoy, la mayoría de los argentinos sostenemos el mismo reclamo y hay que seguir planteando nuestro derecho internacionalmente. Lograr acuerdos que beneficien intercambios para ambas partes, a través del diálogo y la diplomacia.


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