Abel Pintos revolucionó General Lagos con un show gratuito ante 40 mil personas.

Desde el escenario principal vistiendo campera y zapatillas de cuero rojas, el artista con más de 27 años de carrera y 13 álbumes editados, comenzó su extenso repertorio de 25 canciones con «Aquí te Espero».

El cantante y compositor bahiense Abel Pintos brindó en la noche del sábado un show de más de 2 horas ante un público fiel que llegó de todas partes del país para escucharlo y emocionarse con sus canciones en el cierre de la decimoséptima edición del Festival de la Música organizado por la comuna de General Lagos, a 26 kilómetros al sur de Rosario.

Desde el escenario principal vistiendo campera y zapatillas de cuero rojas, el artista con más de 27 años de carrera y 13 álbumes editados, comenzó su extenso repertorio de 25 canciones con «Aquí te Espero».

«La Familia» -como se autoproclaman los y las fans del artista- estallaron en gritos, saltos y aplausos al verlo. «Que lindo que te queda el rojo Abel», gritó una de las seguidoras y le siguió otra que confesó: «Te amo mas que a mi novio».

En las interpretaciones que siguieron -«Ya estuve aquí» y «Espejo»- las más de 40 mil personas del público convirtieron el Parque Central de General Lagos en un carnaval con vinchas luminosas, cotillón y pomos de espuma.

Fue durante la posterior canción, «Pájaro cantor», cuando los movimientos de cadera de Pintos despertaron más suspiros y gritos de euforia; para luego cambiar totalmente la tónica del recital con la emotiva «No me olvides», cuyas primeras estrofas fueron cantadas a viva voz por sus seguidores en un coro vibrante que el artista disfrutó con ademán de abrazarlos.

Las voces femeninas de Mery Granados y Antonella Giunta tomaron el frente del escenario y se lucieron en «Tiempo», acompañando al cantautor bahiense antes de que se sumergiera solo con su guitarra acústica en «Como te extraño», cuyo estribillo fue susurrado por toda la concurrencia hasta ser tapado por toda la banda sonando muy fuerte en un increscendo.

«La llave», del disco homónimo que en 2008 le valió un premio Gardel, y «Sin principio ni final» abrieron la segunda parte del show de un cariz más íntimo.

El artista cantó desde una banqueta alta acompañado eventualmente por el guitarrista Marcelo Predacino o el piano de Alfredo Hernández, e iluminado apenas por spots que recortaban las siluetas sobre el fondo negro del escenario.

Con «El adivino», «Cien años» y «Todo está en vos», el recital recuperó un sonido más crudo, con menos presencia de los coros y prescindiendo de la sección de vientos que volvió a poner a los seguidores a saltar y gritar.

Ya sin su campera y vistiendo una remera de estilo batik que combinó el rosa, negro y amarillo, Pintos encaró sin pausa los temas «Abrazándonos», «Aventura», «El hechizo» -en el que la base musical incorporó el acordeón-, «Camina», «Cuantas veces», «Y La hice llorar», «Juntos», «Revolución» y «El alcatraz».

«Gracias a todos por recibirnos en su casa y hacernos sentir como en casa; y gracias a todos los que viajaron muchos kilómetros para venir a acompañarnos», dijo el músico conmovido antes de cantar «A-Dios», cuando solo faltaban los bises para finalizar el show.

Durante un impasse, Esteban Ferri, presidente de la comuna, le entregó a Pintos una remera del Festival estampada con su nombre y el logo del encuentro y «con los colores del campeón del mundo y de Racing, club del que es hincha Abel».

El tramo final llegó con los hits «Motivos», «De sólo vivir» y «Piedra libre» que despertaron un aplauso que parecía interminable en agradecimiento a un artista que con una convocatoria masiva en cada plaza en la que se presenta y un repertorio enorme y repleto de éxitos, demuestra que está entre los número uno del país.


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