“Lamentablemente le tumbé todo lo de alrededor”, admitió un supuesto sicario en una escucha.

Se lo sindica como presunto líder de una banda narco que opera en Rosario y Villa Gobernador Gálvez, y que realiza balaceras para “terceros”.

Las escuchas telefónicas a un preso en una investigación por homicidio y tentativa de asesinato en la ciudad de Rosario revelaron cómo el sicario contratado para un ataque le cuanta al detenido que disparó contra la persona que le señalaron pero admitió que, además, «tumbó» a varios familiares que había alrededor.

«Igual, lamentablemente le tumbé todo lo de alrededor”, dice el sicario en la escucha que fue difundida hoy durante una audiencia imputativa a dos acusados por un homicidio y dos tentativas de asesinatos, llamados Fabio Alejandro Giménez (32), quien se encuentra detenido en la cárcel santafesina de Coronda, y su novia Samanta Joana Vilches (34), indicaron los informantes.

El fiscal Adrián Spelta aseguró que el hecho ocurrió el 18 de febrero pasado cuando al menos tres personas en auto dispararon contra una vivienda de Urquiza y Magallanes, en el noroeste de Rosario.

Como consecuencia de ese ataque a tiros murió una mujer llamada Verónica Almada y resultaron heridos dos familiares suyos, uno de ellos un bebé de seis meses, precisaron las fuentes.

El fiscal Spelta llevó hoy a audiencia imputativa a Giménez y a su novia Vilches por los delitos de «homicidio y tentativa doblemente calificado, por promesa remuneratoria y por el concurso de dos o más personas», y agravado por el uso de armas.

Según la acusación, los días previos al ataque, que estaba dirigido contra un joven llamado Jonatan Almada, Giménez mantuvo varias comunicaciones con su novia Vilches.

“Me parece que ya sé cuál es la casa”, le cuenta la mujer al preso, que atiende su teléfono desde la Unidad Penal de Coronda, y agrega que en el domicilio había “tres pibes reperseguidos” (sic).

El hombre está detenido en la cárcel santafesina de Coronda en una causa como instigador de un homicidio y en otra por balaceas y extorsiones, dijeron fuentes judiciales.

Se lo sindica como presunto líder de una banda narco que opera en Rosario y Villa Gobernador Gálvez, y que realiza balaceras para “terceros”.

Su novia entonces estaba en libertad, por lo que era quien recibía las órdenes para procurar los vehículos y armas que se utilizarían en el ataque ordenado por el preso.

Puntualmente, la Fiscalía les atribuyó haber planificado, coordinado y congregado los medios, elementos y personas necesarias para llevar a cabo y ejecutar el homicidio de Almada.

Pero las escuchas que se reprodujeron hoy revelan que la víctima fatal del ataque no era la persona que Giménez pretendía matar.

Después de la balacera, Giménez habla con su novia y le pide que le pase con los sicarios.

Uno de ellos le dice: “Para mí cumpa era él, el de la foto, el morochito, pero igual lamentablemente le tumbé lo de todo alrededor amigo”.

De ese modo, el “gatillero” le explica a quien le había hecho el encargo, que habría matado a otras personas.

En una llamada anterior, Vilches le dice a su novio: “Dice que le dieron al de lentes, que ése estaba, que el otro le parece que también era, que no estaban seguro, pero que también le pegaron. Y a la señora también le pegaron”.

Tras la imputación del fiscal Spelta, el juez de la audiencia, Pablo Pinto, les dictó a los dos acusados prisión preventiva por dos años.


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