La educación en tiempos de pandemia reclama “buscar caminos alternativos” para evaluar a los alumnos
Unos 14 millones de alumnos y miles de docentes y padres transitan desde hace casi dos meses un proceso de educación a distancia forzada ante la irrupción de la pandemia del coronavirus, una situación inédita para los maestros «que deben replantearse las oportunidades que le dieron a los alumnos en este período y buscar caminos alternativos» a la hora de evaluarlos, según especialistas.
La evaluación se torna más compleja con aquellos alumnos que viven en contextos de vulnerabilidad social, en donde «el 30% del alumnado no está pudiendo sostener la continuidad pedagógica que la escuela les propone», dijo a Télam Luciana Alonso directora de la red Eutopía, conformada por 32 escuelas de la Ciudad de Buenos Aires.
Desde el Ministerio de Educación, aseguran que la escuela no debe recurrir a la nota numérica tradicional, sino acompañar al alumno en este proceso.
«Llegado el momento vamos a tomar la decisión que tengamos que tomar, estamos penando una evaluación valorativa que pueda analizar el vínculo entre las familias, el estudiante y sus docentes», dijo a Télam el ministro de Educación Nicolás Trotta «Más que una evaluación de acreditación de saberes, la evaluación comprende ahora la situación socioeducativa de la familia, porque no depende del niño lo que pueda aprender a la distancia. Tenemos que ver cómo el alumno fue trabajando con el docente, cómo se generó el vínculo y esto será valorado y tenido en cuenta a la hora de evaluar», precisó Trotta.
Para Victoria Zorroaquin. ex titular del programa de formación docente continua bonaerense y directora de la ONG Educere, que trabaja con escuelas rurales, «hay que diferenciar la evaluación de la calificación, hoy el docente necesita primero autoevaluarse y ver como está impactando lo que enseña en sus alumnos».
En este aspecto explicó que «no hay manera de enseñar sin cotejar, es decir que eso que está siendo enseñado sea aprendido, para lo cual debe haber una referencia desde el otro lado, de que este proceso esta sucediendo sino es caminar con los ojos vendados» .
Zorroaquín aseguró que la buena noticia en todo esto «es que los mismos docentes se están dando cuenta qué alumno se conecta, quién no, quién se queda más atrás y cómo ofrecer una alternativa»
«Hay casos de docentes que tiene el 80% de sus alumnos conectados, otros el 10% y otros ningún alumno conectado, entonces cómo vamos a evaluar, si un chico no sigue la actividad no se lo puede evaluar ni calificar, por lo que se requiere una autoevaluación del maestro para cambiar la forma de enseñar», dijo la especialista.
Propuso en este aspecto «que todos los integrantes de la comunidad educativa se involucren y colaboren, que los mismos alumnos se evalúen entre si, o que alumnos de otros grados superiores produzcan videos. Es una tarea titánica, pero la situación exige que se mire la enseñanza desde otro lado».
Alonso destacó que en un contexto de tanta desigualdad «es necesario apelar a una evaluación formativa, en vez de ponerles una nota pensar en que oportunidades tuvo el chico o les dio el docente para aprender, que evidencias se tiene para consolidar los aprendizajes. Si se tiene esto claro no es necesario tener un software que mida el rendimiento de los alumnos».
La incertidumbre de no saber cuándo volverán las clases presenciales dificulta también pensar en evaluaciones.
En este aspecto la cartera educativa nacional aseguró que «un escenario realista es que se vuelve a a las aulas luego de las vacaciones de invierno aunque no será la misma escuela que era antes».
Lograr consensos en este aspecto «es fundamental» aseguran voceros de Educación que detallaron que «se está analizando todas las alternativas y trabajando en la creación de esquemas escalonados» y adelantaron que se priorizará el regreso de los estudiantes que están terminando un ciclo o los que están empezando el proceso de alfabetización».
La Ciudad de Buenos Aires adelantó por su parte que continuará con el esquema de educación virtual al menos hasta el 30 de junio.
«Los docentes se fueron dando cuenta que no podían sobre cargar a los chicos de tareas porque sino tenían que corregir el doble de trabajos en menos tiempo, entonces fueron cambiando ellos mismos las formas de enseñar y esto es algo maravilloso», aseguró Zorroaquín.
Y explicó que «el sistema está respondiendo mucho mejor ahora que entre las cuatro paredes de un aula, los docentes están agudizando más su ingenio y su creatividad para saber cómo pueden llegar a su alumno, y la forma en que pueden impactar en su vida cotidiana y esto es algo que los maestros realizan sin ningún entrenamiento previo».
Para Alonso «es necesario tomar en cuenta que hay que flexibilizar en este contexto el régimen académico, no se puede pensar en la misma escuela que hacia repetir de grado a los alumnos que se llevaban mas de dos materias. Simplemente desde el aspecto normativo la escuela no esta garantizando el acceso a la educación».
«Es necesario ofrecer a los estudiantes preguntas poderosas que tengan que ver por ejemplo con las consecuencias de la pandemia abordadas desde diversas áreas curriculares» dijo Alonso y destacó que esta tiene que ser una oportunidad para lograr «un cambio de las prácticas de enseñanza, un modo distinto del uso del tiempo y del espacio».
Mónica Prieto, decana de la escuela de educación de la Universidad Austral, aseguró que hay que pensar en una evaluación por desempeños para tener una foto de como responde el alumno a los distintos conceptos, una vez que podamos establecer esa foto se le puede ir enviando una tarea más compleja»
«La evaluación siempre será conflictiva, porque significa poner el foco en la acreditación pero pensemos en lo básico, lo que no pueda dejar de estar, que no es lo mismo que lo mínimo. Si o si se tiene que saber si el alumno aprendió para que pueda pasar de un curso al otro», destacó Priero. (Telam)