“Los recuperados somos muchos”, dijo un paciente que tuvo coronavirus y espera el alta definitiva
El número de casos confirmados de coronavirus crece en la Argentina, pero también aumenta la cantidad de pacientes que fueron recibiendo su alta médica, como Nelson Martínez, el encargado de un edificio porteño que tras permanecer internado una semana en el Hospital Muñiz, se encuentra en aislamiento en su casa con el alta provisoria, a la espera del relevo definitivo.
El total de altas es de 279, lo que representa el 20% de los casos confirmados de coronavirus (1353), según datos del último reporte del ministerio de Salud sobre la situación del Covid-19 emitido este sábado.
«A los 7 días de ausencia de síntomas y cuando un control resultó negativo, el paciente recibe el alta institucional que es la transitoria, tras lo cual debe pasar 14 días hasta el segundo control, que en caso de ser negativo, deriva en el alta definitiva», explicó hoy a Télam Gerardo Laube, jefe de Guardia del Hospital de Infecciosas Francisco J. Muñiz,
El profesional, que lleva 43 años de servicio en el centro de salud, dijo que pasó varias epidemias hasta el arribo del Covid-19 que «nos sorprendió a todos» y que veo como «una coronación de mi carrera cómo médico».
Además, indicó que cada caso es particular y la evolución depende del estado clínico del paciente. «A los que el test les dio positivo, se los aísla y se le hace un seguimiento clínico ante cualquier complicación», completó y detalló que desde el inicio de la pandemia «más de una veintena de casos obtuvieron el alta en el hospital».
El ministerio de Salud explicó que los testeos para detectar coronavirus se realizan a partir de una muestra que se analiza mediante la técnica de biología molecular conocida como PCR («reacción en cadena de la polimerasa»), que se obtiene con un hisopado nasofaríngeo y orofaríngeo.
Esta prueba permite comprobar si en las células de una persona hay presencia de una molécula de ARN del virus SARS-CoV-2.
En caso de que falle, puede darse lo que se conoce como falso negativo (cuando alguien es portador del virus pero la prueba dice que no lo tiene) o falso positivo (cuando no tiene el patógeno pero el resultado dice lo contrario).
Uno de esos pacientes es Martínez, encargado de un edificio en el barrio porteño de Recoleta, de 51 años, quien contó a Télam que llegó de Italia el 5 de marzo, al día siguiente comenzó con dolor de cabeza, dolores musculares y un poco de tos y cuando la fiebre llegó al 38.2, llamó al SAME, y estuvo internado desde el domingo 8 hasta el 14 de marzo, cuando le dieron el alta provisoria o institucional.
«Los recuperados somos muchos», dijo Martínez, a quien en el hospital le hicieron un primer hisopado que confirmó el Covid-19 y tras pasar una semana asintomático, medicado y haberse realizado otro hisopado con resultado negativo, volvió a su casa «con la condición de cumplir un aislamiento total, con cero contacto con la gente, paracetamol si hay molestias y llamar al 107 ante cualquier duda».
«Primero me dijeron una semana desde el primer día de los síntomas, pero después cambió el protocolo y pasaron a ser 14 días desde el alta provisoria, que en rigor se cumplió el pasado 28 de marzo, y estoy esperando que pasen a realizarme un nuevo hisopado que si resulta negativo, como espero, obtendré mi alta definitiva», relató.
Martinez aseguró que desde que volvió a su casa lo están monitoreando telefónicamente, dos veces por día y controlando la fiebre dos veces por semana.
«Siempre son las mismas chicas que me llaman, y no sólo me preguntan por el estado de salud, sino también por mi estado anímico, si tengo comida, si quiero apoyo psicológico, es muy bueno el seguimiento», destacó.
Nelson contagió a su novia Claudia, quien estuvo internada diez días en el sanatorio Anchorena, y hoy cumple la etapa de aislamiento riguroso con el alta provisoria en su casa por consejo de los médicos que les pidieron evitar atravesar juntos este período.
«Ella la pasó peor porque además de los síntomas que tuve yo, mi novia tuvo mucha tos que le impedía respirar y dolor de garganta. A Claudia, que es profesora de italiano, le está costando bastante el encierro, pero también la están monitoreando», dijo Martínez, que se propuso no darle tregua al desánimo.
«Tengo una rutina diaria, me levanto temprano ordeno y limpio mi cuarto, trato de no dormir durante el día, hago las cuatro comidas, escucho música, veo televisión, hablo con amigos y escribo porque mi familia me animó a crear un blog donde fui relatando con humor los detalles de la internación», agregó.
Su hijo se encarga de hacerle las compras y sus vecinos, que lo conocen desde hace 25 años, le hacen llegar muestras de afecto y solidaridad. «¿Te compro unas facturas?»; «¿Qué necesitás?», «¿estás bien?», son las muestras de afecto que recibe a diario.
Martínez dedicó un mensaje a todo el personal que lo acompañó mientras estuvo internado en el Muñiz. «Te puedo asegurar que lo que yo conocí ahí, en medio de la enfermedad, te devuelve la confianza en la sociedad. A veces pensamos que todo está mal, pero aún hay valores y un mundo diferente que la pelea para que estés bien», concluyó.
Fuente: Telam