Sigue la lucha de “La Polaca”  por recuperar al Milton, el mono que tenía en su casa

El jueves Rosa Rojas deberá ir a la Justicia en el marco de la causa que la tiene acusada de haber maltratado al simio Milton. Tuvo al animal 10 años en su jardín, y ahora una fiscal quiere llevarla a juicio.

Sigue la novela del mono Milton. La fiscal Mariela Oliva citó una vez más –para el jueves próximo– a Rosa Rojas, la mujer que tenía un mono en su casa de Villa Gobernador Gálvez y a quien la Justicia le inició una investigación por el delito de maltrato animal contemplado en la ley 14.346. Días atrás hubo una audiencia en los Tribunales Provinciales, donde la jueza Hebe Marcogliese no encontró pruebas de delitos porque “no había evidencias”. “La fiscal insiste en abrir un juicio oral. Rojas no maltrataba al animal y está agotada psicológicamente. Este caso no amerita gastar recursos del Estado para perseguir este tipo de delitos y desatender los importantes”, sostuvo Rubén Junco, el abogado defensor de Rojas.

En septiembre de 2017 una persona difundió por Facebook un video de Milton. Las imágenes fueron viralizadas y 15 días después personal de Control Urbano de Villa Gobernador Gálvez, un integrante de Guarda Fauna de la Región Sur de Rosario, un policía y un veterinario entraron a la casa de Rojas.

Minutos más tarde llevaron a Milton a la granja La Esmeralda, en Santa Fe. El abogado de Rojas dijo que “no hay elementos serios para imputarla”.

“La apelación de la fiscal Oliva es de 40 hojas. Quiere citar a 10 testigos, a veterinarios, a guardafaunas. Hay informes en la causa, donde tres médicos veterinarios y un guardafauna afirman que el animal estaba en perfecto estado de salud. Todo es un disparate”, dijo Juncos.

El defensor de la mujer que tuvo al mono Milton durante 10 años en su casa opinó que la fiscal está “empecinada” en llevarla a juicio oral.

En mayo de 2018 la fiscal Oliva había pedido imputar por maltrato animal a Rojas y le ofreció realizar tareas comunitarias para evitar el juicio. Rojas no aceptó. Oliva relató que Rojas tuvo el mono atado durante 10 años y que eso constituía un delito. Pidió seis meses de prisión condicional, pero la jueza Hebe Marcogliese no accedió.

Cómo está hoy

Según Junco, quienes cuidan a Milton en la granja La Esmeralda, el espacio provincial para animales exóticos y silvestres que rescatan en Santa Fe, quisieron adaptarlo a un hábitat natural.

“Pero como estuvo mucho tiempo conviviendo con humanos se apropió de algunas conductas, como por ejemplo ponerse un pulóver todos los días, comer con tenedor”, explicó el abogado, y agregó que Milton “no se quiere juntar con sus pares y está solo”.

El recuerdo

La mujer que tuvo a Milton durante tantos años aseguró que está devastada. “Es una persecución que tiene la fiscal Oliva conmigo, como si fuera una delincuente. Soy hipertensa y estoy medicada. Tengo la conciencia tranquila porque no hice nada malo”, explicó Rojas a El Ciudadano.

Rojas contó que Milton era amoroso y para su familia era como el hijo más chico: dormía en el living en una mecedora con su almohadón, jugaba con perros y gatos. Y a los perros les sacaba las pulgas.

“Son años de tristeza. Extraño jugar con él. En mi casa andaba suelto. Jugábamos a las escondidas, se ponía abajo de la cama, salía corriendo y me agarraba el pie”, recordó.

Milton llegó a la casa de Rojas cuando una pareja que esperaba un bebé tuvo que entregar al animal. Tenía puesta una cadena doble en el cuello y un candado. Lo tuvo durante 10 años y lo hizo tratar por una veterinaria especialista en animales salvajes. “Me dio lástima. Era chiquito y me lo dejé”, recordó.

Al tiempo, Milton convivía con siete perros y cuatro gatos. Siempre según Rojas, sólo lo ataba cuando lo sacaba al patio de su casa, donde Milton trepaba a los árboles. Era querido en la zona: los vecinos del barrio Talleres le regalaban frutas. Rojas juntó 600 firmas de sus vecinos para recuperar al mono.

“Lo extrañamos muchísimo. No sé en qué condiciones estará. Si lo veo mal a Milton, no sé cómo reaccionaría”, dijo la mujer.

Según contó Rosa, cada mañana, apenas se levantaba, llevaba a Milton a un árbol frente de su casa para que se trepe. Era un primate juguetón: le gustaba tirarse desde arriba del placar de su habitación a la cama. Y cuando prendían el calefactor, se quedaba panza arriba para que se la rasquen.

Fuente: El Ciudadano – por Paola Cándido

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