Lo que nos faltaba, un cura trucho…
Aunque habría una sola denuncia, serían varios los damnificados.
Muchos siempre dicen, “Villa Gobernador Gálvez da para todo…” y aunque uno siempre trata de contrarrestar esta frase, hoy no podemos salir de nuestro asombro, lo único que nos faltaba tener en la ciudad era un cura “trucho”.
Como ya trascendió en varios medios, un hombre de unos 50 años de edad se hacía pasar por sacerdote, con el pretexto de que desde la iglesia estaban realizando una campaña para juntar fondos para los niños necesitados de la ciudad, comenzó a vender electrodomésticos a un alto costo, campaña que no es verdadera que este realizando iglesia alguna de Villa Gobernador Gálvez. El hombre, osado, hasta habría dado una misa en la capilla de Parque Alegre, según indicaron algunos damnificados, aunque hasta el momento solo existiría una denuncia radicada en el Centro Territorial de Denuncias de nuestra ciudad, ubicado en Bomberos Voluntarios casi esquina Mitre. Desde la Iglesia San Enrique, su el sacerdote Fernando Gómez, indicó no conocer a dicho religioso y mucho menos que estaban realizando alguna campaña para recaudar fondos para los chicos necesitados de la ciudad. Según testimonios recabados por Telenoche (El Tres), el cura trucho se aprovechaba de la solidaridad de la gente y les ofrecía productos supuestamente donados por una casa local de artículos del hogar. Si bien los entregaba al recibir el dinero, les ponía un precio muy superior al real en el mercado, porque, claro, todo se planteaba con fines benéficos. “Dijo que eran 18 menores que estaban de pupilos, entonces le compré, para ayudar. Compré una luz de emergencia que anda y todo, pero me cobró 1.500 pesos. Me dijo el padre Fernando (Gómez, a cargo de la parroquia en cuestión) que lo denuncie porque no era de la iglesia”, agregó una mujer que fue estafada en el medio rosarino.
Por su parte, Ramón, otro vecino de Villa Gobernador Gálvez, también adquirió, con la idea de que estaba cumpliendo una buena acción, el mismo producto que Matilde a 400 pesos. “Le compré para ayudar, si no, no le hubiera comprado. Me ofrecía varias cosas, hasta una motosierra”, relató.
“Ojo, no le compren a cualquiera»
Otros testimonios daban cuenta que el falso sacerdote también vendía artículos baratos como termos para frío –que en locales cuestan menos de 100 pesos– por 500. Y que incluso reforzaba su cuento con una advertencia a sus potenciales “clientes”: “Ojo, no le compren a cualquiera, sólo los sacerdotes estamos vendiendo por las casas en nombre de la Iglesia”.
Por estas horas, nada se sabe de este hombre, ya que no dejaba nada más que su nombre de pila. Tendría unos 50 años y es rubio y de ojos claros, de acuerdo a la descripción que aportaron quienes lo conocieron. Los damnificados serían varios, aunque existe una sola denuncia hasta el momento.
Fuente: Rosario3