«Macaco», imputado de matar a Claudio Cantero, se desvinculó de otro homicidio
Facundo Muñoz fue indagado ayer por otro asesinato registrado el año pasado, el de Juan Pablo Colasso, y afirmó no tener relación con el mencionado hecho ocurrido en Villa Gobernador Gálvez.
Facundo «Macaco» Muñoz, uno de los imputados por el homicidio de Claudio «Pájaro» Cantero, afirmó ayer no tener relación con el crimen de Juan Pablo Colasso, asesinado el año pasado luego de haber sufrido tres balaceras los días previos. Muñoz fue indagado por ese caso y quedó imputado como presunto autor de este hecho junto con Luis «Pollo» Bassi y Milton Damario, también involucrados en el crimen del líder de Los Monos.
Detenido desde junio pasado como uno de los sospechosos de haber matado a Cantero, y sindicado junto con Damario como sicario de Bassi, ayer a la mañana Muñoz fue indagado por otro hecho. El hombre de 25 años debió comparecer ante el juez de Instrucción Nº 15 Alejandro Negroni por el homicidio de Colasso, ocurrido el 16 de noviembre del año pasado en Villa Gobernador Gálvez.
Según fuentes judiciales, Macaco respondió preguntas en presencia de su abogado defensor Jorge Funes, la fiscal Nora Marull y el juez Negroni, que lo imputó de cuatro ataques contra Colasso: el que culminó con su muerte y los tres previos. La misma acusación pesa sobre Bassi, quien se abstuvo de declarar sobre estos hechos, y contra Damario que hasta ayer sólo había sido indagado por el crimen de Colasso pero ya fue citado a declarar por las tres balaceras previas.
Buscado. Colasso tenía 30 años cuando fue asesinado el 16 de noviembre de 2012 a metros de su casa de Bordabehere al 1400, en Villa Gobernador Gálvez. Varios balazos sonaron en la cuadra a las 4 de la mañana antes de que los vecinos lo encontraran tendido en la vereda. Tenía puesto un chaleco antibalas y portaba una pistola Browning 9 milímetros cromada que no alcanzó a gatillar. Sabía que lo buscaban para matarlo.
La gorra de Colasso manchada de sangre daba cuenta del proyectil que le había atravesado la cabeza, herida que se sumaba a otras dos sufridas en las piernas. Su auto, un Peugeot 307 gris con las puertas abiertas y la música sonando, presentaba un abollón y siete disparos en la carrocería de proyectiles calibre 11.25 y nueve milímetros.
Colasso venía siendo perseguido a tiros. Dos días antes de su asesinato, el 14 de noviembre a las 16.30, fue atacado en el cruce de la avenida San Martín y 1º de Mayo, en Villa Gobernador Gálvez. Recibió en una pierna un disparo efectuado desde una camioneta y zafó de otros que impactaron en un auto estacionado y en el frente de una concesionaria de motos.
Dos horas y media más tarde, a las 19 de ese mismo miércoles, le volvieron a disparar desde dos vehículos en Opicci y Soldado Aguirre. No fue alcanzado en esa ocasión en la que fueron dañados cuatro autos de vecinos.
El siguiente hecho fue la madrugada del 15 de noviembre, cuando el frente de la casa donde Colasso vivía con sus padres y un hermano recibió 24 balas de calibre grande.
Al igual que Bassi, Muñoz negó su vinculación con estos hechos pero igualmente quedó imputado de delitos como homicidio, abuso de armas y amenazas calificadas. Sin embargo, a diferencia del Pollo, Macaco sí respondió preguntas al ser indagado por esta secuencia de hechos.
La foto. Según fuentes tribunalicias, Muñoz le dijo a Negroni que no conocía a Colasso y también se desvinculó de los ataques que culminaron con su homicidio.
Asimismo, Macaco dijo ser amigo del Pollo Bassi e incluso contó en qué contexto fue fotografiado con éste en la puerta de la sede municipal villagalvense. «Dijo que ese día (21 de febrero de este año) había ido a pagar los impuestos de su abuela y se encontró con Bassi, quien lo ofreció llevarlo a su casa en su auto», reveló un vocero judicial.
Fuente:lacapital