Con 80 casos nuevos de coronavirus y 12 fallecidos en territorio bonaerense, hay preocupación en los vecinos de los barrios populares.

El total de casos desde el inicio de la pandemia en Buenos Aires es de 2.401, 70 de los cuales fueron dados de alta.

La provincia de Buenos Aires registró ayer 79 casos positivos de coronavirus; en tanto 12 personas fallecieron, según el último informe del Ministerio de Salud provincial.

Según detalló la cartera sanitaria a cargo de Daniel Gollan, durante la jornada de ayer el gobierno bonaerense realizó además 821 test de Covid-19.

Los vecinos de los barrios populares de la ciudad de Buenos Aires viven con «preocupación y miedo» ante el aumento de casos de coronavirus, sobre todo en el Barrio 31 de Retiro, que hasta hoy alcanzó los 628 confirmados, como parte de los 891 positivos de coronavirus en los barrios vulnerables porteños.

«Tenemos mucho miedo, fueron muchos casos y muy rápidos. Empezamos con uno y en 10 días se fueron a 57, y así fue creciendo semana a semana», dijo a Télam Saúl Sánchez, presidente de la Asociación de Comerciantes del Barrio 31.

«Está complicado, la gente se está enfermando», agregó.

«Al principio muchos no le dieron bola al virus, casi la mitad de la gente no usaba barbijo», dijo Sánchez, quien reconoció que «acá no podemos tener aislamiento social, vivimos mucha gente en ambientes chicos».

Marlene, que caminaba esta mañana con su hijo Tiziano en brazos por el Barripo 31, aseguró que «los contagios se dispararon por la falta de agua».

«No nos podemos higienizar bien. Tenemos miedo por los chicos», señaló.

«Conozco varias personas con coronavirus. Hay mucha gente que no se cuidó, que no usó barbijo aunque ahora se vean más», aseveró.

Ante la escalada de casos en el barrio, desde el martes pasado se inició el Operativo DetectAr, a cargo de los ministerios de Salud de Ciudad y Nación, para realizar una búsqueda casa por casa de las personas con contactos estrechos de casos de Covid-19.

Hasta hoy, unos 605 hogares fueron visitados, 1.884 vecinos entrevistados y 296 sometidos a hisopados, de los cuales dieron 189 positivos.

«El DetectAr sigue pero desde ayer se le hace el hisopado a los contactos estrechos de los casos confirmados, tengan o no síntomas de coronavirus», contó a Télam una operadora de la Secretaría de Integración Urbana.

Además, se colocaron tres Postas Febriles para tomar la temperatura y chequear síntomas a los vecinos del barrio que circulan por sus calles, sus accesos y las principales vías de circulación.

«Estamos trabajando cada vez más. Por cada caso confirmado nuevo tenemos que ir a buscar a los contactos estrechos que suelen ser entre 6 y 7 personas, por lo que va creciendo en red», agregó la operadora del gobierno porteño que participa de los operativos casa por casa.

En el barrio se escuchan ruidos de martillos mecánicos y hay varias calles cortadas por el inicio de las obras de Aysa, que son 6 empalmes de caños para abastecer de agua al barrio tras la denuncia del faltante.

«Me preocupa la situación, me genera angustia. Creo que se podría haber evitado, tendríamos que haber tomado otros recaudos, muchos pensaron que acá no iba a llegar», se lamentó Shirley, una comerciante que tiene una mercería.

«Veo bastante gente en la calle», reconoció, y agregó que «me parece bien que se hagan los testeos, tienen que ser masivos así sabemos quién se contagió».

Antonieta, que vive junto a su hijo Álvaro de 13 años en uno de los 26 nuevos edificios donde ya se mudaron a 746 familias que vivían bajo la autopista, comentó que «me preocupa la irresponsabilidad de la gente. Creo que el gobierno tomó las medidas necesarias, pero algunos no hicieron caso. El virus no viene a buscarnos, lo buscamos nosotros al salir de casa».

«Compré todo al por mayor y me quedé encerrada para la cuarentena», comentó la señora que trabaja como empleada doméstica, y precisó que «la dueña de la casa me sigue pagando el sueldo pero no estoy yendo a limpiar».

Las mudanzas de familias que estaban bajo la autopista y son reubicadas en los edificios donde estaba el predio de YPF continúan en estos días, informaron desde el gobierno porteño.

«Siguen porque de ese modo descomprimimos la cantidad de gente en esas viviendas precarias y a la vez van a un lugar nuevo con mejores condiciones para mantener la higiene y el distanciamiento social», explicaron desde la Secretaria de Integración.

Todas las personas que se ve caminando por las calles del barrio llevan barbijo, mientras algunos feriantes colocan mantas con poca mercadería sobre la calle Perette.

Carlos y Claudia son dos vendedores callejeros y aseguraron que tienen que salir a poner el puesto «por necesidad».

«Tenemos que seguir pagando los servicios, pagamos 7 mil pesos de alquiler de la habitación. Acá es todo informal, no te perdonan si no pagás», dijo a Télam Claudio, y afirmó que «nos preocupa el coronavirus pero la necesidad es así. Respetamos los cuidados, pero no nos queda otra que salir. Sabemos que nos estamos exponiendo».

Esta semana, el ministro de Salud de la Ciudad, Fernán Quirós, reconoció que, dada la situación en los barrios populares y en los geriátricos porteños, «vamos a tener un aumento de casos y trabajamos para que ese aumento sea lo menor posible».

Al día de hoy, se registran un total de 891 casos confirmados en villas y asentamientos, donde la mayor parte se encuentran en el Barrio 31- 31 bis y en el Barrio 1-11-14.

Respecto a lo que allí ocurre, Aldo Pagliari, director del Centro de Salud 19, afirmó que  «desde el lunes, que comenzaron a realizar los hisopados, tenemos más o menos 170 casos, y hay más si se cuentan los barrios de alrededor» del Barrio 1-11-14. Agregó que el «panorama viene difícil» y que allí la situación es distinta a la del barrio 31.

«Con el tema del agua no hay problemas porque los vecinos trabajaron muchos años para hacer los tendidos y hubo partes que se urbanizaron», indicó.

«La gente tiene miedo, está nerviosa y lo toma con una calma tensa», sostuvo refiriéndose a la pandemia de coronavirus, aunque destacó que también se «con mucho respeto por el aislamiento» y utilizan barbijos o tapabocas.

Respecto a las necesidades del aislamiento y la forma en que se desarrolla, aseveró que «es muy difícil porque hay alquileres de piezas en muy malas condiciones en las que hay que compartir baño y cocina y de pronto hay 20 personas juntas», afirmó.

«Hay mucho hacinamiento, tanto en la villa como en los barrios de alrededor», añadió Pagliari.

«El día a día es muy complicado, es muy difícil pensar en un marco muy general», dijo y agfregó que no disponen de «vacunas antigripales. No lo entiendo, este lunes no nos mandaron», dijo, y agregó que sólo enviaron «vacunas antigripales pediátricas», concluyó.

Según la Asociación Civil por la igualdad y la Justicia (ACIJ), una de cada 10 personas de la ciudad de Buenos Aires vive en villas o barrios populares y, actualmente, uno de cada tres casos confirmados de Covid-19 en la Ciudad se registran en esos espacios. Telam


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