La lluvia y el aislamiento no impidieron las grandes colas en los cajeros.

Hoy se podía ver colas de dos cuadras por momentos para retirar algo de efectivo.

Desde horas tempranas en nuestra ciudad, las colas en los cajeros se hicieron interminables. A pesar de la lluvia y el aislamiento social, preventivo y obligatorio, la gente salió a las calles para poder retirar algo de dinero de los cajeros automáticos de la ciudad.

En algunos lugares respetando la distancia obligatoria para evitar contagios y en otro lugares no, la gente no tuvo mas alternativa que tratar de ir a sacar efectivos de los cajeros automáticos, los cuales esperemos den abasto para surtir de dinero a la población villagalvense, cosa que no siempre ocurre en feriados largos o días de paros.

La necesidad de efectivo puede darse a que las compras ahora uno las realiza en los comercios de cercanía, en sus propios barrios y de los cuales tal vez no todos tengan el postnet para el pago con tarjeta de debito, lo que amerita la necesidad de llevar efectivo encima.

También las colas se replican en los supermercados, almacenes, farmacias y negocios autorizados abiertos, ya que todos tomaron conciencia de la necesidad de respetar el ingreso de pocas personas a sus negocios y la necesidad de respetar la distancia mínima para evitar contagios y propagación del coronavirus.

En la zona céntrica y comercial de nuestra ciudad durante la mañana el movimiento era de bastante gente en las calles, mas en la zona de San Martin entre JD Perón y Belgrano, la zona de bancos, a pesar de que los negocios no autorizados permanecieron cerrados.

En calle Mitre la realidad era otra, con una zona comercial acatando totalmente el cierre de negocios no autorizados, lo que hacia ver una Mitre desolada y con muy pocas personas en las calles de la zona.

Por calle Filippini se veía un poco más de movimiento, tal vez debido a que hay mas comercios del rubro alimenticio en la zona, lo que hacía ver mas personas en las calles.

Ya sobre Soldado Aguirre, el ambiente por la mañana cambiaba, se podía ver mas personas dando vueltas, pero todos comprando alimentos, muy pocos parecían estar paseando o caminando para estirar las piernas.

Ya en los barrios el panorama cambia, las personas están dando vueltas, van a comprar los alimentos de a tres o cuatro personas, se puede observar en algunas casas reuniones de muchas personas, lo que hace ver que la gente es indiferente a esta pandemia la cual dentro de un mes puede estar en su pico máximo  y entonces se van a empezar a lamentar cuando en las listas estén familiares, amigos o vecinos y nos vamos a preguntar y cuestionar “como no hice caso…”.


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