Para la defensa de «Monchi», en el juicio no se pudieron probar las acusaciones

«La Fiscalía no ha podido probar la existencia de una asociación ilícita», sostuvo Carlos Edwards.

Ramón Ezequiel Machuca carga con el pedido de pena más pesado de las 25 personas que ocupan el banquillo de los acusados en el juicio oral y público contra la banda de Los Monos, proceso que entró en un paréntesis tras la etapa de pruebas y testimonios, y que reiniciará sus actividades con los alegatos de clausura el próximo lunes 19 de marzo. Para Machuca, conocido como «Monchi Cantero», la Fiscalía solicitó una condena a 41 años de prisión. Está detenido desde junio de 2016 y sindicado como líder de una asociación ilícita que se apoderó de un territorio para cometer delitos violentos con el fin de hacer negocios económicos mediante la imposición del miedo, cobrando para brindar protección, planeando homicidios y corrompiendo a las fuerzas de seguridad. En el mismo juicio está señalado como instigador del homicidio de la adolescente Lourdes Canteros y del triple crimen de Marcelo Alomar, Nahuel César y Norma César. De cara a los alegatos, los defensores de «Monchi» sostienen que después de 36 jornadas por las que pasaron un centenar de testigos y en las que se expusieron infinidad de pruebas, los delitos imputado no fueron probados.

Asociación ilícita

Para Carlos Edwards, uno de los abogados que lleva adelante la defensa de Monchi, «de las pruebas producidas surge claramente que la Fiscalía no ha podido probar la existencia de la asociación ilícita» que «Monchi» está acusado de liderar.

Durante noviembre y diciembre pasado se celebraron 22 audiencias en el marco de la causa. A partir de la cuarta comenzaron a circular testigos de la Fiscalía y la defensa e incluso, luego de la feria judicial de enero, se dedicó una audiencia (la número 23, del 6 de febrero) para la declaración de doce testigos remanentes, de los cuales solamente se presentaron dos. Al resto volvieron a citarlos, pero hubo muchos que, en el camino, fueron desistidos. 

Los defensores criticaron aspectos de la investigación de los que ya se habían ocupado en los alegatos de apertura, como la información que introdujeron al debate a través de los testimonios prestados por los integrantes de la Brigada Operativa de División Judiciales (BOJ). «Se ha acreditado que dicha brigada fue creada en el mes de marzo del año 2013 con la finalidad de investigar homicidios resonantes, de lo cual puede concluirse que fue creada en el mismo mes en que se había intensificado la puja política entre el gobierno nacional y las autoridades políticas de la provincia de Santa Fe por su supuesta inacción en la lucha contra el narcotráfico y la violencia urbana, con la clara finalidad de incriminar a la familia Cantero», sostuvo Edwards.

De ese modo, la defensa de Machuca apuntó a otra de las consideraciones que ya había realizado al inicio del juicio, en los alegatos y en declaraciones que «Monchi» hizo durante el debate: que los Cantero son «chivos expiatorios» del socialismo. Esa frase generó una respuesta desde el Partido Socialista. «Vean quiénes nos atacan y sabrán quiénes somos», fue el título del comunicado en el cual negaron una teoría conspirativa que tuviera a Los Monos en la mira.

Para Edwards tampoco fue demostrado «cuál ha sido el objetivo o finalidad de la supuesta asociación ilícita, ya que si bien, según la Fiscalía, dicha finalidad era el «negocio de la violencia», no se ha producido ninguna prueba tendiente a demostrar tal afirmación», dijo.

Los crímenes

A partir de la jornada 24, el 7 de febrero pasado, comenzó la segunda etapa del juicio, orientada a determinar responsabilidades en cinco homicidios: el de la joven Lourdes Canteros, el de Diego «Tarta» Demarre y el triple crimen que tuvo como víctimas a Marcelo Alomar y a Nahuel y Norma César. Todos fueron cometidos en mayo de 2013 como venganza del asesinato de Claudio «Pájaro» Cantero, líder de Los Monos, cometido el 26 de mayo de ese año.

Las causas no se ventilaron todas juntas sino de a una. Es que cada uno de los hechos tuvo distintos acusados.

El primero en ingresar al debate fue el caso de Lourdes Canteros, una adolescente de 14 años que murió después de que su casa de Conscripto Bernardi 6374, en el barrio De La Carne, fuera rociada a tiros el 13 de mayo de 2013. La nena estaba cenando con sus hermanos cuando se produjo el ataque. Uno de los plomos se le enterró en el pecho y falleció poco después de ser llevada por un vecino al hospital Roque Sáenz Peña.

Por ese crimen, la Fiscalía acusó a una sola persona: Ramón «Monchi» Machuca. Los fiscales lo consideran el instigador del homicidio de Lourdes porque en una escucha realizada sobre su teléfono celular se le oye dar la orden a un interlocutor: «Tirá a mansalva».

Para Edwards, «no se ha podido probar la materialidad del hecho de homicidio por el cual se lo acusa a Machuca, ya que los propios hermanos de la víctima en ningún momento lo han sindicado como supuesto autor del homicidio de Lourdes sino que, por el contrario, han considerado que los autores del homicidio han sido otras dos personas, que tenían una relación de enemistad con el hermano de la víctima» (ver aparte).

«Ninguna de todas las escuchas en que se fundamenta exclusivamente la acusación de la Fiscalía en esta causa ha podido ser atribuida a Machuca, en razón de que la pericia acústica que fue solicitada por los propios fiscales concluye que no puede efectuarse el cotejo de voz sobre esos audios, incluida la escucha que dice «dale a mansalva»», sostiene el letrado.

La última etapa del juicio se inició el 26 de febrero, en la audiencia número 34, cuando las defensas presentaron sus alegatos por el triple crimen de avenida Francia y Acevedo perpetrado el 28 de mayo de 2013, y que tuvo como víctimas a Marcelo Alomar, Nahuel César y Norma César.

Según la acusación, ese crimen fue instigado por «Monchi» en venganza por el asesinato de su hermano de crianza, Claudio «Pájaro» Cantero, ocurrido dos días antes. Para los investigadores, el ataque pudo ser un error: la vendetta fue contra la familia de Milton César, pero el que era mencionado como el sicario del «Pájaro» y quien finalmente fue enjuiciado y absuelto por ese crimen fue Milton Damario.

En esa causa (en la que también está acusado como encubridor Mariano «Gordo» Salomón) las defensas no presentaron testigos ya que consideraron que no hay ningún elemento que lleve a concluir que el clan Cantero haya estado involucrado en la organización del ataque.

«Si bien la Fiscalía intentó probar cómo murieron las víctimas, en ningún momento pudo demostrar que Machuca haya sido el instigador de esas muertes», sostuvo Edwards, y remarcó que «de las escuchas telefónicas que se reprodujeron en el debate oral» no se desprende «que Machuca haya encargado esos homicidios a alguna persona».

«Necesariamente si hay un instigador tiene que haber un instigado, es decir, un ejecutor perfectamente determinado e individualizado, lo que no sucede en este proceso», concluyó el letrado, remarcando que la justicia no puso determinar quiénes fueron los autores materiales de ese crimen.

De las 25 personas sentadas en el banquillo de los acusados, el único que está vinculado en las cuatro causas que se debatieron en audiencias es «Monchi». Sin embargo, su responsabilidad en el crimen de Diego Demarre, el bolichero asesinado el 27 de mayo de 2013 en una presunta venganza por el homicidio del «Pájaro» no se ventiló en este proceso sino que se hará más adelante, puesto que la jueza Delia Paleari lo procesó en febrero pasado, cuando el juicio ya estaba en marcha.

Una pericia que será prueba para otro proceso

Al inicio de las pesquisas, el asesinato de Lourdes Cantero había sido atribuido a un tal «Mayonesa» y a otro joven. El motivo del hecho se sustentaba en una rivalidad que tenían con el hermano de la víctima fatal. Pero esa línea de investigación no prosperó y «Monchi» quedó como el único implicado en el crimen. Sus defensores mencionaron varias veces en el debate que no existía vinculación entre él y «Mayonesa», por lo que no podía sostenerse la presunción de que hubiera instigado el ataque. Pero las pesquisas realizadas sobre un teléfono secuestrado el año pasado en el marco de otra causa podría cambiar la historia.

Rodrigo Q. fue detenido en diciembre pasado sospechado de integrar una asociación ilícita dedicada a estafar a ancianos con el «cuento del tío». Cuando cayó preso le secuestraron un celular que fue sometido a una pericia que arrojó un resultado inesperado: había mantenido comunicaciones vía WhatsApp con «Monchi». A Rodrigo Q. le dicen «Mayonesa».

Esa pericia quedó incorporada como prueba en la causa y, además, fue acercada al Juzgado del Sistema Penal Conclusional, ya que dentro de la investigación por el asesinato de Lourdes podría reabrirse la línea de «Mayonesa» como autor material de la balacera.

Fuente: La Capital


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