Lo mató de un disparo en la cabeza por viejas disputas barriales

[popup show=»ALL»]Cuando el buscado le abrió la puerta, el intruso le gritó algo y le descerrajó un escopetazo.

Durante la madrugada del viernes un hombre se acercó hasta una casa del Fonavi conocido como «Guereño», en Villa Gobernador Gálvez, y preguntó por Darío. Cuando el buscado le abrió la puerta, el intruso le gritó algo y sin más le descerrajó un escopetazo en la cara. El dueño de casa quedó tendido y los perdigones le provocaron, entre otras heridas fatales, pérdida de masa encefálica. Se llamaba Darío Pasaglia, tenía 37 años y no vivía allí, aunque solía ir los fines de semana a llevarle comida a su pareja, Marta, y a las hijas de ella. Enterados del hecho, todos los vecinos del Fonavi apuntan hacia un habitante del barrio apodado «Narigón», quien había amenazado indirectamente a Pasaglia la noche anterior.

El fiscal Rafeal Coria, que interviene en la causa, brindó una conferencia de prensa la mañana de ayer y explicó que «el homicida llegó a la noche, disparó y se fue corriendo por una pasillo lateral de la casa. La vivienda está construida debajo de una de las tiras del Fonavi, en Mármol al 2900, y por la noche hay poca luz. No sabemos quién fue pero hay algunas investigaciones en curso. No sabemos si Pasaglia tenía antecedentes tampoco», sostuvo, y se excusó de dar más datos «que puedan afectar la investigación».

Sin embargo, los vecinos del barrio Guereño saben algo más. Pasaglia no es del barrio ni tampoco de Villa Gobernador Gálvez. Vivía en Rosario, en la zona de villa La Lata, y estuvo detenido en la seccional 15ª hace unos años atrás implicado en una causa por robo.

Una humilde vivienda

El hombre hace un tiempo trabajaba en changas de todo tipo y comenzó una relación con Marta hace tres años. En la casa de esa mujer encontró un lugar donde fue querido. La vivienda es un cuadrado de ladrillos vistos y descoloridos construido a un costado de una de las tiras del Fonavi que no tiene más de tres pisos y esta en medio del campo. A la humilde casa se accede por una puerta de madera, lo último que vio Pasaglia antes de morir.

Micaela tiene 26 años y es una de las hijas de Marta. La joven sostuvo que «Tito», cómo le decían familiarmente a Pasaglia, iba sólo los fines de semana a esa casa porque tenía una orden judicial de acceso restringido al barrio. Y en ese dato está, para los investigadores, una de las hipótesis de trabajo y el móvil del crimen.

Un vecino contó que «hace un par de meses este pibe «Tito» se peleó con el padre de «Narigón». Los dos estaban tomados y «Tito» venía con un estéreo. No sabemos qué pasó, pero el padre de «Narigón» lo encaró y el pibe no se quedó tranquilo. «Tito» fue hasta la casa de Marta, dejó lo que tenía en la mano y volvió a la casa del padre de «Narigón» para romperle todos los vidrios y este hombre hizo la denuncia en la comisaría». Por eso Pasaglia no podía acercarse al barrio por orden judicial. ««Narigón» aquella vez le dijo que lo iba a matar», sentenció el vecino.

A los escopetazos

El hombre siguió con su versión: ««Tito» venía igual y la noche del jueves «Narigón» andaba a los escopetazos. Mató tres perros, es reloco el pibe y no es grande, debe tener unos 30 años. A unos muchachos que estaban en la calle les preguntó si lo habían visto a «Tito», que lo iba a matar. Y así fue», dijo».

La madrugada del viernes los hechos tomaron otra dimensión. Según Micaela, hija de Marta, «alguien vino hasta la casa y tocó la puerta. Estábamos todos durmiendo y Darío se levantó. Me dijo «dejá que voy yo». Cuando él preguntó, el otro le dijo «soy yo», pero no pudimos identificar la voz, Darío abrió y le tiró nomás»

Las hijas de Marta aseguran no saber quién fue, sin embargo otra vecina se acercó pasado el mediodía y les comentó que «allanaron la casa de «Narigón» y no lo encontraron». Lo que sí recibieron ellas fue una serie de amenazas de parte de la familia del sospechoso: «Se acercó una de las hermana y nos dijo negras de mierda y esas cosas». Ayer a la tarde estaban muy preocupadas por esa situación.

En tanto, el fiscal Rafael Coria y la División Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI) realizaban ayer una serie de medidas para lograr esclarecer el homicidio.

Fuente: La Capital


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