Contundente triunfo de Cambiemos en Santa Fe, que ya piensa en la Casa Gris

[popup show=»ALL»]»Si actuamos con la inteligencia que actuamos para esta elección, hay muchas chances que en 2019 gobernemos la provincia», se envalentonó

La profundización de la grieta entre el grueso del radicalismo y el socialismo fue anoche la más visible consecuencia del contundente triunfo de Cambiemos en la provincia, que se quedó con 5 de las 9 bancas en la Cámara de Diputados de la Nación que los santafesinos renovaron en los comicios de ayer.

Los cánticos con que los militantes saludaron el discurso que poco después de las 21 dio en el búnker «amarillo» el ganador, Albor Cantard, fueron subiendo notoriamente el tono.

De un casi estudiantil «Se ve de lejos, Niky al Congreso» se pasó a uno decididamente bélico en el que se atribuía a sus ex socios de la Casa Gris haberse aliado a los narcos y llenado de droga los barrios de las ciudades santafesinas, sin que nadie los sosegara.

Con su contundente triunfo, Cambiemos —que revirtió el resultado de las Paso— se alzó con 5 bancas, tres consiguió el PJ y apenas una el Frente Progresista. El frente macrista logró el 37,88 por ciento de los votos, el peronismo unificado el 25,76 (la diferencia fue de 12 puntos) y el oficialismo provincial el 14,51 por ciento, 23 puntos abajo del ganador.

A la hora de los discursos, los radicales aventajaban a los socialistas por más de 250 mil votos (finalmente Cambiemos le sacó al FPCyS casi 450 mil votos), y se animaron incluso a festejar «estar peleando voto a voto» la elección a concejales en la ciudad capital, que ganaba por el Frente Progresista Emilio Jatón, aunque obteniendo entonces ambas fuerzas 3 escaños cada una.

Discurso y ninguneo

«La lista de Cambiemos se impuso de un modo irreversible en la provincia. Lo hizo por más de 10 puntos al peronismo, que nos sigue segundo», dijo Cantard sin nombrar —a modo de ninguneo— al socialismo, al que a esa hora (con más del 50 por ciento de las mesas escrutadas) lo aventajaba por casi 25 puntos. Ya entonces el gobernador Miguel Lifschitz había reconocido la derrota y felicitado al presidente Mauricio Macri.

De inmediato envió un saludo a José Corral, quien estaba en Buenos Aires («fue convocado por Macri como presidente de la UCR en el país», se explicó luego a este diario), quien impuso, contra todos los pronósticos, el nombre de Cantard al tope de la nómina de aspirantes. A Corral lo sucedió Cantard al frente del Rectorado de la Universidad Nacional del Litoral, pero a diferencia de aquel, a este nadie lo conocía fuera de ese ámbito.

Ese fue el sino de la suerte electoral actual de Cantard. Cambiemos buscaba eso: nombres no conocidos que requirieran del impulso de lo que hoy se llama «la marca». Una reedición a setenta años del esquema de instalación partidaria, creación del relato, los mitos y leyendas que Raúl Apold creara para Juan y Eva Perón. Un universo partidario en el que, al igual que ahora el macrismo, solo pueden existir muy pocos nombres propios.

Además de saludar a Corral, el diputado nacional electo hizo otro tanto con otro antecesor, (en la UNL) el diputado nacional y futuro embajador en Uruguay, Mario Barletta, presente en el hotel donde se esperaron los resultados que dispararon la alegría radical. En Santa Fe el PRO es muy incipiente y sin dirigentes reconocibles. Luciano Laspina estaba en Rosario y Cantard no lo olvidó, como tampoco a Lucila Lehmann, la candidata que lleva el sello Carrió en la lista, a Gisela Scaglia y Gonzalo del Cerro.

Del Sel pasó a saludar

Aun así el PRO se hizo notar en la fiesta radical de anoche. Fue cuando como quien no quiere la cosa vio luz y subió «a saludar» el dos veces candidato a gobernador del PRO Miguel Del Sel, quien en los minutos que estuvo atrajo los micrófonos y los flashes.

«Sólo vengo a saludar a Niky y felicitarlos a todos», dijo un sosegado Del Sel quien facturó que hoy (por ayer al mediodía) con Mirtha Legrand se acordó: «No voy a «cantar» mi voto», había dicho, cómplice, en la charla con la diva de los almuerzos por TV.

El candidato ganador evaluó su triunfo en el hecho de que «los santafesinos valoraron en gran medida esta nueva etapa del gobierno nacional. Santa Fe fue muy discriminada en los gobiernos anteriores y hoy la cosa cambió, y lo notaron los santafesinos, por eso han dado este voto de confianza a Cambiemos que, tenemos muy claro, no es un cheque en blanco. Tendremos que rendir cuenta a la ciudadanía todos los días». Al pasar, se atribuyó algún mérito en el resultado. «Recorrimos tantos kilómetros como haber ido de Ushuaia a La Quiaca cuatro veces».

Cantard consideró un dato interesante: «No es malo que el gobierno no haya obtenido mayoría propia en el Congreso, porque eso lo obliga a la negociación y al consenso. En el mejor resultado, que es el que se nos está dando en todo el país, Cambiemos no iba a tener mayoría absoluta en ninguna de las dos Cámaras, y eso exige que tengamos diálogo para sacar las leyes».

Subrayó que los santafesinos «creyeron» el mensaje de Cambiemos «porque nunca lo cambiamos (en los que pareció una alusión al socialismo) y hemos dicho siempre la verdad; casi no se escucharon promesas de nuestra parte, pero sí mostramos lo que estamos haciendo, cómo se le puede cambiar la vida a la gente con esfuerzo de todos, y eso los santafesinos lo supieron valorar. No conformamos un equipo, acá no hay liderazgos ni personalismos (en alusión al kirchnerismo)».

«En 2019 estamos pensando hace mucho tiempo, pero todo a su debido momento. Si actuamos con la inteligencia con la que actuamos para esta elección, hay muchas chances que en 2019 la provincia sea gobernada por Cambiemos», se envalentonó el diputado electo. Las huestes estallaron con cánticos pronosticando que Corral será el sucesor del socialismo en la Casa Gris.

Durante el festejo, Cantard nunca nombró al gobernador Miguel Lifschitz ni cuando la prensa le señaló que el mandatario provincial había reconocido la derrota socialista y felicitado al presidente de la Nación. Hizo como si no escuchara el comentario.

algarabía. El búnker de Cambiemos en Santa Fe fue todo festejo. Hubo alguna chicana para el socialismo.

«Este voto de confianza no es un cheque en blanco. Tendremos que rendir cuenta a la ciudadanía» (Cantard)

Fuente: La Capital – por Jorge Sansó de la Madrid


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