La estabilización de la cascada del Saladillo deberá esperar el proyecto definitivo

[popup show=»ALL»]La empresa que hacía la obra provisoria terminó su trabajo el 2 de octubre, pero muchos geotubos fueron destruidos o quedaron desplazados.

La obra de estabilización provisoria de la cascada del Saladillo generó preocupación de ambos lados del curso de agua. La imponente grúa con su brazo de 105 metros que colocaría sobre el lecho del arroyo 1.250 geobolsas para convertir el salto en una pendiente fue retirada, muchas bolsas quedaron desparramadas y la cascada perdura. El Concejo Municipal de Villa Gobernador Gálvez pidió informes sobre la interrupción de las obras, y desde la provincia afirmaron que, en rigor, esos reservorios llenos de arena se reacomodaron en el lecho, y que la obra demandó más geotubos de los esperados. Además, adelantaron que se encomendó la confección de un proyecto definitivo (ver aparte).

El 24 de junio pasado, La Capital daba cuenta del inicio de las obras, que con un presupuesto cercano a los 50 millones de pesos y un plazo de 60 días de ejecución, consistía en la colocación de geotubos, grandes bolsas de seis metros cúbicos rellenas de 10 toneladas de arena que se irían colocando en el lecho del arroyo y formarían una suerte de escalera por donde correría el agua sin llegar a ejecutar un salto abrupto.

De esta manera, la provincia buscaba interrumpir, al menos provisoriamente y hasta que se diseñara una obra de ingeniería definitiva, el fenomenal retroceso que había experimentado la cascada a principios de año, cuando carcomió el lecho y las márgenes de tal manera que se acercó peligrosamente al puente Molino Blanco, que conecta la calle Ayacucho, de Rosario, con la avenida San Martín, de Villa Gobernador Gálvez.

La empresa Edeca, ganadora del concurso de precios, comenzó los trabajos a la semana siguiente (29 de junio). La grúa trabajaba incesantemente, pero de golpe los vecinos comenzaron a ver que las actividades menguaban hasta que el 2 de octubre el obrador quedó vacío.

Pedido de informes

La preocupación llegó al Concejo de Villa Gobernador Gálvez, que el 22 de septiembre aprobó un decreto por el cual instó al Ejecutivo local a que pida explicaciones a la provincia sobre «la situación actual del estado de obras de estabilizado sobre la cascada del arroyo Saladillo y tiempo estimado de finalización de las mismas, detalle del material de fabricación de las geobolsas utilizadas en mencionada obra, resistencia y vida útil de las mismas», y «pliego de licitación de la obra y el proyecto de obras que se está llevando adelante en la actualidad».

Asimismo, el cuerpo deliberativo pidió explicaciones sobre el «plan de trabajos extraordinarios para dar pronta finalización de obra (si existiere, dado que está vencido el plazo de ejecución de obras y los trabajos no habrían culminado), estudios y proyectos sobre los trabajos a realizar para lograr la estabilización definitiva de la cascada», entre otros términos.

El proyecto aprobado por el órgano deliberativo hablaba de la «apremiante situación que presenta la cascada del debido su erosión retrogradante, que viene sufriendo a través del paso de los años y que agravó su situación en el evento de copiosa caída de agua de lluvia producido en la última etapa estival».

«No vemos la obra esperada»

Al respecto, la presidenta del cuerpo, Susana Mangiaterra, aseguró que «la empresa se fue, a la grúa se la llevaron, y nosotros vemos las bolsas desparramadas y rotas. La obra que esperábamos no vemos que se haya realizado, y eso implica un peligro latente». Además, recordó que «cuando las autoridades provinciales vinieron al Concejo y se les preguntó si había experiencia en este tipo de trabajos, respondieron que sí, pero por lo que sabemos nada tenía que ver con la envergadura de los trabajos que requería esta cascada. Se invirtió muchísimo dinero y creemos que no fue una obra seria».

Por su parte, el secretario de Obras y Servicios Públicos villagalvense, Fabián Nallino, reconoció que no puede hacer una evaluación del resultado de la obra, ya que eso le corresponde a la Secretaría de Recursos Hídricos de la provincia, a la que se pidió explicaciones a partir del pedido de informes elevado por el Concejo Municipal de esa ciudad. «Una simple impresión ocular nos da la idea de que no se hizo el tobogán que debía realizarse para que la cascada se convirtiera en una pendiente suave». Pero insistió con que no puede hacer una consideración exacta porque no sabe ni cuántas geobolsas se colocaron.

Reacomodamiento

Desde la Secretaría de Recursos Hídricos de la provincia hicieron saber entonces que «el viernes 8 de septiembre se produjo un acomodamiento general de los geotubos, lo cual fue un hecho esperable para una obra de protección de tipo flexible. La razón de este movimiento se asoció fundamentalmente al mecanismo de asentamiento del fondo (lecho) de la hoya, sin consistir en una falla o colapso. Ello llevó, a su vez, a un reacomodamiento de todos los geotubos» (ver aparte).

Lo importante es que lo hecho en estos meses haya servido como paliativo para una solución definitiva sobre el salto, que más allá del fuerte retroceso que experimentó las últimas décadas, produjo los últimos meses una erosión que lo dejó a poco más de 150 metros del puente. Y ahora, una solución definitiva parece mucho más difícil, porque ya no hay hacia dónde desviar el curso del arroyo para trabajar en seco. No obstante, la provincia encomendó al Instituto Nacional del Agua (INA) las tareas de diagnóstico y proyecto de las obras.

Cada vez más difícil

Como lo publicó oportunamente este diario, el proyecto de estabilización había sido licitado por la provincia en 2010 con financiación del Banco Mundial por un monto de 14 millones de dólares. No obstante, la obra se frenó y el financiamiento se cayó por una resolución judicial que hizo lugar a un amparo basado en la ley 10.000 de intereses difusos presentado por vecinos y ambientalistas.

A fines del año pasado, provincia y municipio anunciaron un nuevo proyecto para intervenir sobre la cascada, según se planteó, tras destrabarse el litigio en Tribunales.

No obstante, fue el mismo ministro de Infraestructura provincial, José Garibay, quien admitió recientemente que la obra de ingeniería planeada allá por 2010 «ya no se puede hacer más, porque la cascada retrocedió mucho. Ahora hay que pensar en otro proyecto definitivo».

Fuente: La Capital – por Marcelo Castaños


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