«Mi hermano reconoció a los tiradores: fueron Milton Damario y Macaco Muñoz»

En el atentado que mató al Pájaro fue baleado Lisandro Mena. Ayer su hermana contó lo que le díjo él, asesinado 7 meses después de aquel ataque.

Lisandro Mena fue la otra víctima que dejó la emboscada en la que mataron a Claudio «Pájaro» Cantero el 26 de mayo de 2013 frente a un boliche de Villa Gobernador Gálvez. El joven de 21 años estaba con el ex jefe de Los Monos cuando vio acercarse una chata desde la que partió una ráfaga de disparos.Un tiro lo hirió en una pierna, otro en el brazo y otro le destrozó el maxilar mientras Cantero caía desplomado sobre su cuerpo. Mena sobrevivió a esos tiros pero no a los que siete meses más tarde le lanzarían desde una moto frente al casino. Por eso quien declaró en su nombre en el juicio fue su hermana: dijo que el muchacho reconoció a los tiradores como Milton Damario y Facundo «Macaco» Muñoz pero entonces no lo dijo por miedo, motivo por el que incluso se retiró del Heca antes de recibir el alta médica.

El primer señalamiento

Yamila Mena es la hermana de la otra víctima que tiene el juicio contra cuatro acusados de integrar el clan Bassi de Villa Gobernador Gálvez, a quienes no sólo les endilgan el homicidio de Pájaro sino también las lesiones graves causadas a Mena. Tal como lo había dicho el viernes la ex mujer de Cantero, Lorena Verdún, la joven contó ayer que dos días después del entierro de Cantero su hermano contó por primera vez delante de ellas que había reconocido a los atacantes. Lo hizo al declarar como testigo ante los jueces Julio Kesuani, Ismael Manfrín y María Isabel Mas Varela.

«Cantero es de mi barrio pero yo no tengo relación con ellos», contó en tono sereno Mena, a quien sólo se le cortó la voz al recordar la posterior muerte de su hermano. Ante las preguntas de la fiscal Cristina Herrera la joven comenzó por relatar cómo se enteró del incidente frente a la disco Infinity Night. «Yo me encontraba en mi casa. Unos chicos que habían estado en el baile saltan el tejido y me manifiestan que habían matado a mi hermano. En ese momento no se sabía si estaba vivo o muerto. Me voy con mi mamá en un remís al Roque Sáenz Peña y lo trasladan al Heca por la gravedad de las heridas que tenía», recordó.

La joven recordó que desde la cama el muchacho les rogó que entraran por «lo que estaba pasando ahí adentro. La policía le decía cosas. Lo trataba mal». «Nos pidió por favor que lo saquemos del hospital. No quería que lo curen. Tenía miedo y firmó un alta voluntaria siendo que tenía que hacerse curaciones en las piernas y en los brazos», remarcó la testigo, quien se ocupó junto a su madre de asistir a su hermano porque el muchacho no se animaba salir ni a un centro de salud ubicado a dos cuadras de la casa.

Dos días después del entierro del Pájaro, un martes, recibieron la visita de Verdún, quien declaró el viernes. Las defensas de Milton Damario —preso como ejecutor— y Luis «Pollo» Bassi, acusado como instigador, pidieron ayer ni bien arrancó el juicio que Verdún sea acusada de falso testimonio. Le reprochan haberle atribuido a Mena cosas que éste no dijo en su declaración policial. Pero la hermana ayer ratificó uno por uno los dichos de Verdún y enfatizó que Lisandro no fue citado a declarar en la causa.

Yamila recordó que aquel día, al llegar la ex mujer de Cantero para interiorizarse sobre lo que había pasado, su hermano les contó que «estaban en el boliche Yamper. Cantero los invita a ir al baile de Gálvez, Infinity. Ellos llegaron, se bajaron para hacer pis contra un portón y dejaron un vaso en el capó del auto». El Pájaro fue a orinar primero. «Cuando vuelve mi hermano ve una chata negra y empieza a sentir los disparos», siguió contando. «¿Vio a alguien?», preguntó la fiscal. «Sí, porque él estaba mirando a la calle.

Vio a las personas que le dispararon. Eran Milton Damario y Macaco. El los conocía del baile, los conocía de esos lados”, respondió Mena.

Macaco es el sobrenombre de Facundo Muñoz, otro acusado como ejecutor. Mientras que Osvaldo Maximiliano “Popito” Zalazar está acusado de la tenencia de armas de guerra y de uso civil atribuidas a la banda. “Estábamos los tres. El tenía miedo por lo que había pasado. Hubo una muerte y el único testigo era él. Después del accidente estuvo seis meses y nunca lo llamaron a declarar”, añadió.

A Lisandro Mena lo detuvieron en su casa varios meses después, acusado de amenazar a vecinos. Recuperó la libertad en diciembre de ese año y a los pocos días lo mataron, la madrugada del 24. Manejaba una moto cuando le tiraron cinco balazos desde otra moto en Batlle y Ordóñez y Oroño. Al perder el control atropelló y mató a un muchacho de 28 años que esperaba el colectivo. Por ese ataque fue condenado a 18 años de prisión su vecino Jonathan Adrián Gauto. Según el fallo judicial el ataque obedeció a viejas broncas barriales.

Su hermana expuso ayer que ella no fue a declarar antes porque su hermano estaba detenido y no sabía lo que podía pasarle. “Hoy mi hermano no está y me da lo mismo. Voy a ir hasta que se sepa toda la verdad”, dijo con decisión pero con la voz hecha un hilo.

Cruces telefónicos

Con la ausencia de Mercedes Paz, citada como testigo por haber sido la novia de Pájaro en la época del crimen, el juicio contó además con la exposición de un informe sobre los más de 600 mil cruces telefónicos que mantuvieron los detenidos entre sí y con otras personas a lo largo de dos años.

Ese estudio se realizó sobre seis teléfonos secuestrados a los acusados al momento de ser detenidos. Entrecruzó llamadas, alertas de Nextel y mensajes de texto entre 2012 y 2013.

Quien expuso sobre ese informe es el abogado Facundo Villagra, especialista en derecho informático y alta tecnología. Es el jefe de la Unidad de Análisis de Información del Ministerio Público de la Acusación bonaerense. Explicó que mediante un programa informático de IBM se obtuvieron 210 listados con un total de 640.345 cruces telefónicos, todo concentrado en un Excel de 15 mil páginas.

El perito explicó además los alcances del informe con unos gráficos en pantalla donde se aprecia la magnitud de los intercambios. En otro gráfico de los cruces que hubo sólo entre los acusados, por ejemplo, se advierten 25 comunicaciones de Damario a Zalazar y 115 de Bassi a Muñoz en los meses cercanos al crimen.

Fuente: La Capital – por María Laura Cicerchia / La Capital

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